Capítulo XXIII

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Capítulo XXIII

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Capítulo XXIII

A ti y a nadie más

A ti y a nadie más

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Expectativas. Parece que la vida ahora está llena de ellas, en cada esquina.

Esperar un buen regalo, una visita, una sonrisa, una película, y otras tantas cosas como las calificaciones. Todo se trata de expectativas: el lado malo es que uno puede decepcionarse cuando no se cumplen, uno mayormente saldría desilusionado por dejar volar su imaginación hasta la estratosfera para que en cuestión de tiempo, te estrelles de cara al piso.

Ahora, cuando las expectativas son las que esas personas tienen respecto a ti, es todavía peor.

Era veinticuatro de diciembre, el día más terrible para Daishinkan Ángeluz. En años pasados era el mejor, podía ver a sus hermanos y padre sin tener el tiempo encima, jugar con sus dulces sobrinitos también: ahora estaba nervioso. Conocería a sus suegros, por decirlo de la manera más literal. De otro modo, los líderes familiares Hendren.

John y Kylie, según había explicado la muchacha unos días antes, mientras conversaban. Conocer gente nueva era muy aterrador, ahora imagínense que eso fuera tratándose, de la vendría siendo su posible nueva familia: podría hacer el ridículo sin siquiera esforzarse, pues su nerviosismo andaba volando increíblemente alto desde la mañana. Imaginando escenarios de diferentes niveles, todos trágicos.

¿Hace cuánto no pasaba por una situación como esa? Probablemente nunca.

Los niños habían preparado sus mochilas desde temprano, despertándose animados, al grado en que incluso Cus estaba sonriente: su niña estaba interesada en ese viaje. Tan poderoso hecho que le inspiró algo de valentía; si ella era feliz, pues él también pondría empeño para disfrutar la salida, sin importar alguna cosa más. Aunque estuviera muriéndose de miedo por dentro.

Miko y sus niños merecían el sacrificio.

Una vez que dejó todo en la casa bien cerrado, se montó dentro de aquella camioneta y se ajustó el cinturón de seguridad, pero suspirando como una bolsa que se ha desinflado; gesto que la morena pudo notar y le causó cierta gracia.

Teach Me How To LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora