Capítulo XVIII

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Capítulo XVIII

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Capítulo XVIII

Grandes progresos

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El avance del tiempo es quizá uno de los grandes hechos inevitables en la vida

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El avance del tiempo es quizá uno de los grandes hechos inevitables en la vida.

Cuando tenemos cosas en que pensar y hacer, el día parece esfumarse con mayor rapidez. Mucho tiempo puede pasar con sólo parpadear, pues los momentos considerados felices siempre tienden a pasar desapercibidos bajo otras emociones de importancia; el mundo funciona de esa forma.

Para cuando la primera semana de diciembre se acabó, las cosas iban más que bien. Marchando según su propio curso y ritmo: el clima frío había traído un aire casi nostálgico. Exámenes previos a las vacaciones de Navidad, eventos, tareas. En resumen, una vida con normalidad, ya dentro de algunas áreas específicas. Aunque en unas otras áreas, todo se había vuelto maravilloso; decir que estaba experimentando la mejor etapa de su vida parecía poco. Era precioso, hermoso.

Sentirse comprendida, bien, amada y sobre todo protegida. Recibía cariño de forma recíproca, sin exigir o pedir nada, todo lo contrario. Daishinkan había demostrado ser fiel a sus principios como persona complaciente —pegajosa tal vez—, pero más que un defecto... era una bendición. Pensar en abrazos, caricias y mimos, sin agresividad.

Parecía como un mundo de ensueño.

—Entonces, ¿irás a mi casa un día de éstos?

Morgan asintió con solemnidad.

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