La carrera de la muerte 2

La Carrera Parte 6

Dice una leyenda que, en el instante en que Meda y Amin dejaron la Antigua tribu de Juda, un meteoro atravesó el cielo encima del ancestral Templo Principal para caer sobre el Monte Hermon.

La Sacerdotisa Leah: «Introducción a la Historia de La Pareja Sagrada para niños.»

Cuando se reúnen en torno al televisor a las siete y media Meda descubre que Serbal estaba en lo cierto. Efectivamente, ahí está Cirilo Teleanu hablando a una multitud de la delegación de la Sociedad de los Creyentes, que lo escucha en medio de rezos, inclinados y tocando con la cabeza en el suelo dirigidos al mismo centro: hacia el Centro de Entrenamiento y las estatuas de Meda, Amin y las demás ofrendas, de unos docientos metros de altura cada una. Viven en un mundo en donde Incluso una diosa a la que la aterroriza el dolor ajeno, empuñaría un arma, por lo que a Meda no le sorprende para nada la reacción de la gente de Babilonia.

Presenta a los monjes estilistas que explican cada uno, los vestidos de sus ofrendas. Al aparecer Fidencio, se ha convertido en una estrella de la noche a la mañana gracias a los trajes que le ha hecho para la carrera.

Al cabo de un minuto de charla amigable en la que cada uno de los monjes estilistas ofrece el perdón de pecados si los devotos hacen una donación interesante a las ofrendas, y que esto le permitiría un acceso al paraíso al devoto.

Fidencio les pide que miren la pantalla gigante, y muestra las fotos de Meda con sus vestidos de la henna, su Labssa Fassia y amariya de bodas, y ofrece algo mas: para convertirte en Santo, hay un costo de 200 hasta 600 mil créditos. Ahora la chica ve cómo han podido fotografiarla ayer y presentar el especial esta noche. La multitud reacciona ante cada imagen. La gente grita y vitorea los vestidos. Es extraño verlo, teniendo en cuenta que ni siquiera se molesto en probárselos antes de que llegaran las cámaras.

Se puede ver la relación que hay entre la caridad a las ofrendas, el pecado y la purificación de las almas en el diezmo. Esta es una buena forma de ensanchar las arcas de Babilonia y ayudar a sobrevivir a Meda dentro de la pista. La ciudad de Chavin no quiere solo ser buena, sino que se vea que es buena, que nadie piense que en el entregar ana limosna a cambio de una bendición hay una especie de negocio, una especie de especulación como la que condenó Lutero hablando de las indulgencias.

Gracias a Meda, la religión de Amara se ha convertido en protagonista de una fabulosa estrategia de marketing en busca de nuevos clientes, la mayor y empresa del sistema planetario, una enorme religión que mueve la fe de millones de personas.

—¡Hagamos que Meda Arijaya y Amin Aslambey sobrevivan y se casen con estilo! —aúlla a la multitud. Meda esta a punto de apagar la tele, pero Cirilo les pide que sigan pendientes del otro gran acontecimiento de la noche—. Efectivamente, ya es momento de que empiece la carrera de la muerte ¡y eso significa que ha llegado el momento del regreso de nuestras tan temidas y respetadas ofrendas a Babilonia!

Suena el himno y la garganta de Meda se contrae de asco al ver al emperador Mirren subir al escenario. Lo sigue un joven con traje blanco que sostiene una sencilla caja de madera. Termina el himno y El emperador empieza a hablar para recordarles a todos al profeta Atrida, Paul, de cuya vida surgió la Carrera de la Muerte.

—Y ahora llegamos al momento de que comiencen las guerras floridas —dice el emperador. El niño de blanco da un paso adelante y sostiene en alto la caja mientras él la abre. Ven las ordenadas filas de bolas amarillentas. El profeta Siriano Paul al organizar el sistema de guerras floridas se había preparado para varios siglos de Carreras de la Muerte. El emperador extrae una bola marcada claramente con un 900, mete el dedo bajo la solapa y saca una bola cerrada. Sin vacilación, la abre y lee—: En el novecientos aniversario de las guerras floridas, como recordatorio a los rebeldes de que ni siquiera sus miembros más fuertes son rivales para el poder de Babilonia, el numero de ofrendas que pueden ser semidioses se ha reducido a, uno solo.