—Evelyn Hawksley —me llamó el profesor—. ¿Cuál es la respuesta?
Apoyé la cabeza sobre mi mano derecha para no caerme del mareo. Por dios... estaba fatal. Sentía dolor de cabeza, estaba cansadísima, todo el mundo hablaba altísimo, las luces me cegaban... lo único que quería era meterme en mi cama y no salir durante horas. Aun así, hice un esfuerzo para enderezarme en mi asiento de clase y entrecerré los ojos para ver la pregunta apuntada en la pizarra.
"¿Cuáles son las bases del comunismo?"
Eh... Y yo qué sé.
En realidad me lo sabía, me lo tenía que saber. Yo me lo sabía todo. Era la empollona del instituto, al fin y al cabo. Sacaba matrículas de honor, los exámenes siempre eran de dieces, era la favorita de los profes, sabía hasta qué día se sentó cada rey en su trono por primera vez... así que me sabía la respuesta de la pregunta. Tenía que sabérmelo. Pero en ese momento estaba demasiado débil y dormida como para que mi mente funcionara. Llevaba una resaca enorme por culpa de la noche anterior y ya no me acordaba ni de cómo me llamaba, así que miré al profesor con una mirada de miedo para que me ayudara. Siempre había sido su favorita, quizás me podía pasar este error... pero, como de costumbre, él me miró como si solo fuera una rata más de su clase.
—¿Y bien, señorita Hawksley? —exigió el señor Miller, de brazos cruzados—. ¿Cuál es la respuesta a la pregunta?
Estuve a punto de decir cualquier cosa, y me veía ya balbuceando alguna tontería solo para no perder mi increíble racha de empollona lista. Pero entonces, de la nada, una voz masculina que no había oído jamás, me interrumpió:
—Las bases del comunismo se fundamentan en una serie de principios económicos, políticos y filosóficos desarrollados principalmente por Karl Marx y Friedrich Engels en el siglo XIX —dijo un chico que no había visto antes. Espera, ¿qué? Cuando toda la clase se giró hacia él, vi en sus caras que tampoco lo conocían. Era un chico alto, pálido y de pelo oscuro azabache. Tenía cara de amargado y hablaba como si se sintiera el más listo del mundo—. Sus principales bases son el materialismo histórico, la lucha de clases, la abolición de la propiedad privada, la dictadura del proletariado, entre otras —satisfecho, dibujó una maliciosa sonrisa de lado—. ¿Quiere que se las diga todas, señor Miller?
—Quiri qui si lis digui tidis, siñir Millir —me burlé en un susurro para mí misma.
¿Pero qué se creía? No lo conocía, pero ya sabía que me caería mal. El chico era arrogante como nadie. Hablaba como si fuera la Wikipedia y cuando se calló miró al profe como si esperara un gumet. Seguía sonriendo de lado, arrogante y orgulloso.
Le miré, sin darme cuenta, con el ceño fruncido y la nariz arrugada. Capullo.
—No hace falta, señorito Blackwood, gracias —respondió el profesor, mirando al capullo con una sonrisa de aprobación. Luego se giró hacia mí y volvió a ponerse serio—. Señorita Hawksley, si le soy sincero, esperaba mucho más de usted. Hemos estudiado esto mil veces en clase, y usted siempre ha sido la que mejor se lo sabía, ¿cómo ha podido olvidarte? —me miró un rato más y luego dijo—: Estoy decepcionado contigo. Esfuérzate más la próxima vez, o el señorito Blackwood te quitará la delantera —lo miró a él y sonrió—. Cosa de la que ya está cerca.
Me quedé con cara de shock. Un día. ¡Un día que estaba con resaca, y el maldito profe este ya me estaba despreciando! ¿¡Pero qué se creía!? Y ese niño... podía haberse callado y el profesor habría pasado a otra cosa. Pero no. El nuevo tenía que abrir su bocaza y sentirse el más listo del mundo. Capullo. Capullo. Capullo.
Giré la cabeza, apretando los dientes y con cara de pocos amigos. Y lo miré. Al chico que no había visto en mi vida. ¿Qué hacía allí? ¿Cuándo había llegado? ¿Cómo se atrevía a aparecer así y quitarme el primer puesto de empollona amargada?
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La Noche Que Nunca Existió (Enemies-To-Lovers)
RomanceRIVALS-TO-LOVERS (instituto) Ellos se conocen por sus apellidos. Él sabe que el de ella es Hawksley y ella sabe que el de él es Blackwood. ¿Por qué? Así es más impersonal. Más frívolo. Así queda más claro que se odian. Que no soportan al otro. Y que...