Blackwood

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Al día siguiente, me pasé todo el rato evitando el contacto visual con Hawksley. Como siempre, ella se pasaba el rato con sus amigas. Con Azahara a su lado en la mesa, con Naomi y el pelirrojo en el patio, con todos ellos andando por los pasillos... Lo malo es que yo no pude dejar de mirarla en ningún momento. Y lo peor, fue que no era ella quien me atrapaba mirándola, sino alguna de sus amigas. Intentaba disimular, pero se me daba fatal.

Y volvió a pasar otra semana. Lo que cambió en ese tiempo fue que ya apenas la interrumpía en clase. Ella levantaba la mano y decía lo que tenía que decir sin que yo dijera nada. Siempre acertaba, claro. Doña perfecta volvió y yo no me interpuse. Pero... no sé, seguía sintiendo que algo estaba mal. Además, pensaba vengarme por lo que me hizo en ese examen, el primer cero de mi vida. No importaba que nos hubiéramos besado, no importaba que estuviera empezando a sentir cosas... que nunca pensé que sentiría por ella, quería reprimir todo eso y vengarme de una vez. Así que dejé pasar el tiempo.

Hasta que el día llegó.

—...así que tendréis un examen dentro de una semana sobre el tema estudiado, ¿entendido? —explicó la profesora de matemáticas.

Nadie le contestó, pero eso era normal. Dejé de escribir unos apuntes en mi mesa y saqué el móvil. Sonriendo para mí, me metí en el perfil de Hawksley en Instagram. Y allí le dejé un mensaje:

_0bookloverEH

Prepárate para tu primer cero, amor

Le sonreí satisfecho a la pantalla. Lo tenía todo planeado. Su derrota. Estaba seguro de que si la veía perder volvería a odiarla como antes, volvería a ser feliz viéndola sufrir. Miré hacia atrás en la clase. Ella había sacado el móvil y le fruncía el ceño a la pantalla. Levantó la mirada y sus ojos cristalinos se fijaron en los míos durante unos segundos. Luego ella se puso a escribir algo, y recibí un mensaje.

Me imaginé que me diría algo horrible, que se picaría o que volvería a ser la chica altiva y engreída de siempre, que tanto me gustaba. Pero, para mi sorpresa, el mensaje decía:

¿Y cómo sabes que no he sacado ceros antes, eh, capullo?

Me quedé algo pasmado. ¿En serio iba a decir eso tal cual? No pude evitar la tentación de responderle.

¿Así que admites por fin que eres más tonta de lo que te crees?

Su mensaje llegó enseguida.

Nunca.

Pero si has dicho que sacas ceros.

No he dicho que saque ceros.

He insinuado que te crees muy listo cuando en realidad no sabes nada.

Y he aprovechado para insultarte.

:)

Solté una risa nasal, lo suficientemente bajito como para que ella no me escuchara a través de la clase.

Qué mona.

Ya hasta me envías caritas sonrientes.

No era una carita sonriente.

Era una carita antes de potar. Estaba en movimiento.

Mira, tonto:

:)

:))

:)...)

:(...(

La Noche Que Nunca Existió (Enemies-To-Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora