Capítulo 23 - La razón de amar a quien más te ama - Días finales II

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«Pero incluso cuando llora hace reír...»

Also sprach Zarathustra - Friedrich Nietzsche


Remia, Crystel, Ayuntamiento de Crystel - 23 de Junio - Año 525

—Así que ya sabes que estás aquí. —Rygal miró a Cole, parado frente a él, al otro lado de su escritorio—. Contesta Cole —ordenó, al darse cuenta que él se había quedado en silencio.

—Hice lo que me dijiste, debilité al clan Windsor —Cole comenzó a explicar.

—Eso no fue lo que te dije yo —Rygal lo interrumpió, su voz grave volvió a dejar a Cole en silencio.

—Sólo quería probar a Vlas Windsor, padre... —admitió, bajando su mirada al notar el movimiento de su padre, este se había afirmado a la silla. Se iba a poner de pie.

—Mierda, te dije que no te entrometieras donde no debías, Cole... Rhys Windsor no debía saber de tu presencia en Remia hasta el día del séptimo impacto. —Comenzó a caminar de un lado al otro, detrás de su escritorio, a una distancia considerable de su hijo—. ¡Pero no! —Alzó la voz. Cole rápidamente se irguió en su postura, y alzó su mirada. Rygal lo observaba con frialdad, y su mirada era tan afilada que parecía que lo cortaría en dos—. Yo te di ese poder, Cole... Yo ordeno lo que debes hacer con él... Ahora Rhys Windsor está detrás de ti, ¿Y quién debe protegerte? Yo... Debí saberlo... Debí saber que no estarías a la altura.

—Espera, padre... Yo... —Cole quiso decir.

—¡Cierra la maldita boca... Cole! —Rygal ordenó, alzando su voz de nuevo, y apuntando a su hijo con su dedo.

Fue tan demandante que Cole volvió a quedarse paralizado, y tragó saliva. Sólo eso se oyó en la habitación luego de lo dicho por Rygal.

—Quiero que te escondas lo que resta de días para el séptimo impacto... Si Rhys Windsor te encuentra... Te matará... Y eso lo sabes más que nadie... Te llamaré el día antes, necesito que hagas algo por mí. —Volvió a sentarse en su escritorio—. Pero hasta ese momento, Cole. —Alzó su mirada, y en sus ojos plateados se apreció su amenaza. Cole sintió que tenía una daga en su cuello, a punto de traspasarlo—. Hasta ese momento... No existes —concluyó. Bajó su mirada otra vez, y como si nada hubiese pasado, volvió a su trabajo.

—Lo que digas, padre... —Cole asintió. Bajando su rostro, y dándose la vuelta.

Comenzó a caminar hacia la puerta, intentando hacer el menos ruido posible. Su cuerpo entero estaba tenso, su padre era incluso más intimidante de lo que era Rhys Windsor. Y eso, aun sabiendo que no estaba en peligro. Rhys Windsor era un monstruo, él lo sabía, lo podía confirmar... Pero Rygal Di Rem... Rygal Di Rem había creado a ese monstruo.

Y era mucho más monstruoso que él.

Al otro día...

Remia, Crystel, Apartamento «104» - 24 de Junio - Año 525

—No pude dormir anoche pensando en él, por suerte llegaste esta mañana, estaba a punto de volverme loca —declaró Clio, mientras su hijo la dirigía por los pasillos del apartamento, hacia la habitación de Vlas.

Rhys lo sabía, su hubiese sido por él, habría ido la noche anterior, antes de ir a visitar a Lara. Pero ese día, las heridas de Vlas aun seguían algo expuestas, y él sabía cómo era su madre, y lo mal que se sentía cuando veía a sus hijos dañados. Por eso, espero a que pasara el día, para ir a buscarla, ya que las heridas de Vlas habían cicatrizado gracias a que pudo concentrarse mejor en su regeneración, y para impedir que su madre se angustiara al verlo en ese estado.

LA LEYENDA DEL SCIRE - Di Rem-WindsorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora