Cap 11. Cicatrices

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Pov de Toji

Podía escuchar sus ojos acuosos parpadear, esa maldita mocosa ¿en verdad no podía dejar de llorar?, al menos ya no estaba haciendo ruido, su temperatura no ha dejado de bajar desde que su herida dejó de quemarse, si sigue así no tardará en ponerse helada.

Verla llorar me hace sentir muy incómodo, ¿enserio voy a recurrir a entablar una conversación con ella para que no llore?, no, tendrá que dejar de llorar en algún momento, pero desde que llegamos solo se calma por instantes y luego vuelve a suceder. Tal vez no debí haber sido tan duro con ella hace rato, maldita sea ahora esta maldita hechicera me está haciendo sentir culpable otra vez que fastidio.

Se ve que es joven, y aún así ya tiene una historia fuera de las protecciones de los clanes, en cierto modo, creo que me recuerda un poco... a mí... ¿por eso me siento culpable? ¿Por que me identifico con ella? Que estupidez, no hay nada en común entre ella y yo, lastima es lo que me da no empatía.

De pronto vienen a mí los recuerdos de cuando estábamos en el baño de aquel antro, tenía marcas dé cicatrices en la espalda, en su torso y algunas en los brazos, ¿son de su tiempo en el clan o tal vez del qué pasó fuera de él?, si su madre la protegía tanto como para que ella se preocupe por saber que está bien, no creo que la hubiera pasado tan mal todo el tiempo, aunque la mayoría de sus marcas parecían ser muy viejas.

De mis pensamientos me saco el sonido de su respiración, la observo y ha empezado a soltar humo del frío, de hecho puedo sentir como su pantorrilla que está tocando mi pierna se siente helada, de no ser por que la estoy viendo respirar creería que hace muchas horas que había muerto.

- ¿qué te sucede? -

- e e es no no normal, a veces me pasa ppero estaré bien - me dijo tartamudeando

- a ninguno de los dos nos conviene que mueras, iré a ver si el sujeto de la tienda tiene un abrigo cuando vuelva me vas a responder, acordamos dar información real que no se te olvide - salí del lugar y lo cerré con llave desde afuera.

El sujeto no me dio un abrigo pero si una manta y compre dos vasos de café caliente. Regrese al almacén, entre y nuevamente cerré con el seguro puse los dos vasos de café sobre uno de los anaqueles y me dirigí hacia ella para sentarla recargada a las cajas de atrás con mucho cuidado, coloqué la manta sobre sus hombros y le extendí un vaso de café.

- ¿esto cu cu cuánto me costar ra? - me dijo mientras tomaba el café en sus manos

- tómatelo todo y no sigas jodiendo -

Dio un pequeño esbozo de sonrisa - mucha as ggracias, eres muy y gen,til Tto,ji -

Espere a que entrara un poco en calor y que bebiera por lo menos una tercera parte del café, mire un reloj que estaba en el anaquel donde había dejado mi café marcaba las 02:48 de la madrugada, me mantuve bebiendo de mi vaso y cuando volví a mirarla a ella de nuevo se veía mejor.

La mire directo a los ojos hasta que ella me miro también, entendió lo que quise decir y comenzó a hablar.

- mi técnica maldita es un caos... desde siempre, nunca hace lo que quiero y al principio ni siquiera podía sacar las llamas a voluntad, me costó muchísimo tiempo poder sacarlo cuando quería, pero lo logre, y en relativamente poco tiempo - dio un sorbo a su café - me leí todo cuanto pude sobre la poca información qué hay sobre el fuego lila, otros usuarios de él habían dejado diarios donde contaban sobre eso, por eso se que me tomó "relativamente poco tiempo", pero fue muy difícil. Cuando domine eso apareció otro problema, sus efectos, esos aún no los puedo controlar, la mayoría del tiempo no quema, o apenas y puede inducir un poco de calor y luz, pero también aveces es muy destructivo...

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