Kill me please

Cap 22. La mano que brinda ayuda

Pov de Toji

Ya habían pasado casi diez meses desde lo qué pasó en Sakai y para ser franco, me sorprende que el dinero me haya durado tanto tiempo, y más aún que aquella mocosa no me haya reclamado su parte. Igual no fue robarle pues invertí una parte de eso en su cuidado.

Pero finalmente lo había gastado casi todo y tenía que tomar de nuevo algún trabajo para no quedarme en la calle.

Compre un penthouse en Tokio pues claro que no iba a quedarme ni a estar viajando constantemente a Londres... solo había dos opciones, traer a rastras a esa mocosa deprimida o dejarla a su suerte.

Bajo otras circunstancias no hubiera dudado en llevarme todo su dinero y dejarla, pero su poder podría serme de mucha utilidad, podría resolver muchos de mis problemas, además, por mucho que odiará admitirlo aunque sea solo ante mi mismo, verla así me conflictuaba.

Siempre que pensaba en dejarla venía a mi mente el recuerdo de ella "dándome consuelo" cuando me acarició la rodilla, no podía dejar de pensar en qué quizá hubiera necesitado eso cuando yo la estaba pasando mal.

Así que, creo que ahora mi decisión está tomada.

Fui de nuevo a la posada entre a la recámara, la vi sentada enfrente de la ventana, ni siquiera volteó cuando oyó la puerta abrirse.

- Nos vamos -  le dije sin obtener respuesta, me acerqué a ella, la tomé de la cara y la obligué a verme, tenía un semblante horrible, se veía totalmente demacrada inclusos parecía que el color de sus ojos se había vuelto opaco - No me estás escuchando dije que nos vamos -

- No te había escuchado antes perdón, esta bien, voy voy a cambiarme - se levantó, tomó una muda de ropa que le había dejado desde mucho antes se metió al baño

Salió y nos fuimos de la posada. Parecía no tener vida, así que con el dinero que aún quedaba, que aún nos alcanzaba para algunos lujos, decidí pagar un vuelo a Rusia y no Japón como le dije, al llegar al país ella ni siquiera se inmutó. Fue hasta que nos instalamos en una cabaña que rente que finalmente dijo algo.

- ¿tienes trabajo aquí? -

- No, te traje aquí para violarte -

- ah - y miró hacia el suelo con mucha neutralidad

- al menos podrías fingir algo de impacto -

- se que no lo harás, y aunque lo hicieras ya no ... -

- escúchame mocosa, te traje aquí por que no me sirve un saco de depresión andante, ocupo tu poder y tú me lo prometiste así vas a cumplir, ahora habla -

Pasaron horas y horas, y entre muchas cosas, finalmente ella logró hablar, saco todo lo que llevaba dentro, me contó todo lo que pensaba.

- No deberías perder el norte así -

- ¿Tú me juzgas?, tú eres básicamente quien está corrigiendo lo que yo creo que es un error, estás matando a los hechiceros y eso es lo que debe hacerse, en un mundo ideal, todas las personas deberían ser como tú -

-  no me refiero a eso con perder el norte, los hechiceros son una peste, esta bien, y claro que yo estoy matando a ese montón de cucarachas pero hay algo que olvidas -

- ¿qué? -

- No soy el idiota que los mata por algún sentido moralista o algún ideal estupido, lo hago solo por el dinero, y el dinero me da la vida que me gusta, no hay más, yo jamás sería el imbecil que daría su vida a una causa perdida, ¿tu si eres esa imbecil? ¿Y Nueva York? -

Continuamos una muy larga plática, y mientras más pasaba el tiempo, más parecía ir despejando su mente, hasta que finalmente el sueño empezó a vencerla y se quedó dormida.