Wall Seven +18 ||Jeon Jungkook||

|09|

Me senté frente al computador con las manos en el teclado sumergiéndome en el trabajo. La pantalla brillaba ante mi, pero mis pensamientos estaban en otro lugar.

Escribí unas cuantas líneas, pero mi mirada se desvió hacía otro lado. Después de lo que soñé anoche no pude dormir más y seguramente parecía una muerta andante.

—¿Estás bien, Marianne? Te noto distraída.

—Sólo estaba concentrada en unos impresos que me dejó Jin—aseguré asintiendo.

—Marianne, mentirle a tu mejor amigo está muy mal. Puedes contarme lo que sea ¿sabías? ¿Mejor amigo? ¿Tu y yo, dah?—nos señaló a lo que yo reí.

Suspiré mirándolo y estábamos haciendo una especie de "guerra de miradas"

—¿Tienes tiempo para un café?

Sin decir nada más él me haló del brazo, casi llevándome a rastras a la mini-cafetería del piso.

—¡Joder, Jimin!—exclamé arreglando mi chaqueta— ¡Casi me quitas el brazo!

Jimin rió ante mi reacción exagerada.

—Lo siento, Marianne. A veces me emociono demasiado. Pero en serio, ¿qué está pasando? No eres tú misma últimamente.

Pedimos nuestros cafés y nos sentamos en una pequeña mesa cerca de la ventana. Mientras sorbía el café, decidí compartir un poco más sobre lo que estaba ocurriendo.

—Es solo que... Jungkook me tiene un poco confundida. Anoche tuve un sueño extraño con él, y la tensión entre nosotros en la vida real tampoco ayuda.

Jimin asintió comprensivamente.

—¿Que tipo de sueño?

—A ver, como te digo esto...

—Pues con la boca.

—¡Ya lo sé, pero es complicado!

—¡Marianne habla!—susurró.

—Un sueño erótico—susurré finalmente.

Y ahí es cuando vi que Jimin casi escupía su café.

—¡¿Qué, con Jungkook?!—gritó, a lo que rápidamente tapé su boca.

—¡Shh! ¡No grites eso! ¿Quieres que todos lo sepan?

Jimin asintió con los ojos abiertos de par en par. Le solté la boca, y se llevó la mano a la frente.

—¡Esto es demasiado para procesar en la hora del café!

—Lo sé, Jimin, pero necesito tu consejo. No sé qué hacer con todo esto.

—Bueno, primero, deja de soñar con Jungkook de esa manera. ¡Es tu jefe!

—¡No puedo controlar mis sueños, Jimin!

—Hablando en serio, Marianne, deberías evaluar tus sentimientos hacia él en la realidad. Si hay algo más que solo deseo físico, tal vez deberías explorarlo.

—¿Y si solo es un idiota?

—Entonces, al menos, habrás intentado descubrirlo. El siempre es tan...—suspiró— Educado y amable.

Suspiré revolviendo mi café. Jimin levantó una ceja intrigado mirando detrás de mi.

—No sé, yo...

—Marianne, no voltees.

—¿Por qué?—cuestioné quedándome tiesa.

—Porque tal vez y solo tal vez mi jefe está detrás de ti pidiendo un café y saludando para acá—mencionó haciendo una sonrisa falsa mientras elevaba su mano.