Wall Seven +18 ||Jeon Jungkook||

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Terminé de arreglarme frente a mi tocador. Mi cabello estaba un poco más corto con algunos reflejos, mi falda estaba más ajustada y corta, un poco más arriba de mis rodillas, pronunciando más mis piernas.

Ahora mis tacones eran un poco más altos y había aplicado un leve maquillaje.

Me sentía completamente hermosa, definitivamente Jimin tenía razón en que necesitaba un cambio. Sonreí mirando mi reflejo, satisfecha con el resultado, mientras me ponía mi chaqueta.

Empecé a caminar hacia la salida de mi apartamento, asegurandome de llevar mis llaves de mi auto. Manejaba contenta mientras escuchaba una de mis canciones favoritas. Estacioné mi coche y me encontré con el resto.

Jimin me miró asintiendo y levantando sus pulgares en aprobación. Por otro lado, Jin, y Hoseok abrieron sus ojos sorprendidos al verme.

—¿Quien eres y que hiciste con Marianne?—cuestionó Jin dándome la vuelta sobre mi misma.

—Sólo estoy probando algo nuevo—respondí con una sonrisa traviesa, abrazándolo.

Volteé la cabeza y comencé a caminar junto a Jimin hacía el ascensor.

—Pareces un ángel y parece que quieres conquistar a alguien—halagó Hoseok con una sonrisa.

—Oh, claro que no—negué con una sonrisa, presionando el botón número treinta y luego el cuarenta.

—¿Almorzamos juntos?

—Por supuesto—asintió Jimin, mirando como los chicos salían del ascensor.

—¡Estás preciosa, atácalo, saca tus garras!—susurró emocionado, tomando mis manos— Pero siempre recuerda, aunque no diga nada, tú estás preciosa. Jamás dejes que nadie te rebaje de lo que eres y nadie te impida brillar. Te arreglas para ti porque quieres, y no por él, ¿entendido?

Asentí con una sonrisa.

—Ven, estás preciosa—me abrazó y luego tomó mis hombros— Ahora bien, saca pecho—alcé mi pecho— Mueve tu cabello y sonríe.

Seguí sus instrucciones, sonriendo exageradamente mientras movía mi cabello.

—No tanto, lo vas a asustar y te vas a sacar la cabeza.

Reí y ajusté mi sonrisa, siguiendo sus indicaciones.

—¡Perfecta!—exclamó, dándome un empujón suave— ¡Luego, me cuentas, adiosito!—se despidió, y yo riendo, marqué el piso número cuarenta para subir a mi piso correspondiente.

Sentía mi corazón latir rápidamente a cada paso que daba. Al llegar al frente de la puerta, respire profundamente antes de abrirla y encontrarme con un Jungkook concentrado en su trabajo. Levantó la mirada y sus anteojos, inspeccionándome detenidamente.

Quedé paralizada al sentir la mirada intensa de Jungkook sobre mí. Un cosquilleo recorrió mi estómago al verlo tan atractivo en su camisa blanca y pantalón negro, con el cabello medio desordenado. Traté de mantener la compostura y le sonreí nerviosamente.

—Llegas tarde, Justice.

—Lo siento, había mucho tráfico—respondí, alzando ligeramente el mentón y comenzando a caminar hacia mi escritorio.

—Ajá—su tono era casual, pero no pude evitar sentir que había un rastro de observación en su mirada.

—Marianne—carraspeó, desviando la mirada hacia su computadora.

—¿Sí?

—¿Podrías ir a buscar unos documentos que dejé en la oficina de Yoongi?

—Claro—respondí con una sonrisa, levantándome de mi escritorio y caminando hacia la puerta, moviendo ligeramente mis caderas y abriéndola.