21. Desilución

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BECKY

Las paredes de la casa abandonada parecieron temblar con el eco del clic de la palanca. El terror se apoderó de nosotras, pero la adrenalina también nos impulsó a movernos.

:- ¡Corre, Freen! -grité, agarrándola de la mano y tirando de ella con todas mis fuerzas.

Salimos disparadas hacia la puerta, nuestros pasos resonando con desesperación en el suelo de madera desgastada. El sonido del hombre riéndose detrás de nosotros hacía que cada segundo pareciera una eternidad.

:- ¡No mires atrás! -le ordené, sintiendo cómo el pánico me quemaba por dentro.

Freen apretó mi mano con fuerza mientras corríamos juntas, su respiración rápida y entrecortada a mi lado. La salida estaba cada vez más cerca, pero cada metro parecía estirarse infinitamente.

:- ¡Becky, no lo lograremos! - dijo Freen

:- Sí lo haremos. ¡Sigue corriendo! -respondí con determinación, empujando con cada gota de energía que me quedaba.

Alcanzamos la puerta y la abrimos de golpe, la luz del exterior cegándonos momentáneamente. Con un último esfuerzo, nos lanzamos fuera de la casa justo cuando una explosión ensordecedora retumbó detrás de nosotras.

La onda expansiva nos arrojó al suelo, sintiendo el calor abrasador en nuestras espaldas. Nos cubrimos la cabeza instintivamente mientras los escombros volaban por todas partes. Todo se volvió un caos de ruido y polvo.

Finalmente, cuando el ruido disminuyó y el polvo comenzó a asentarse, levanté la cabeza. Freen estaba a mi lado, tosiendo y jadeando, pero viva. La ayudé a levantarse, y nos abrazamos con fuerza, temblando de alivio.

:- Lo logramos... -murmuré, sin poder creerlo.

:- Sí, lo logramos -respondió Freen.

Nos quedamos allí, abrazadas en el suelo, rodeadas por los restos de la casa abandonada, sabiendo que habíamos escapado de la muerte por un pelo.

Freen y yo nos levantamos lentamente del suelo, sacudiéndonos el polvo y los escombros de nuestras ropas. Aunque estábamos agotadas, sabíamos que no podíamos quedarnos allí. Nos ayudamos mutuamente a caminar, nuestras piernas temblando por el esfuerzo y la adrenalina.

:- Vamos a casa -dije, tomando la mano de Freen.

Caminamos a través del bosque, apoyándonos la una en la otra. El silencio de la madrugada nos envolvía, roto solo por nuestros pasos y respiraciones. Después de lo que pareció una eternidad, llegamos a la casa. Las luces estaban encendidas, y pude ver a mi padre, Marco, esperándonos en la puerta, con la preocupación marcada en su rostro.

:- ¡Papá! - Dije, caminado hacia él, arrastrando a Freen conmigo.

:- Becky, Freen -dijo mi padre, acercándose.- ¿Están bien? Me dijeron que hubo una explosión.

:- Estamos bien, papá. Estuvo muy cerca, pero logramos salir a tiempo -respondí.

:- ¿Qué pasó exactamente? -preguntó, guiándonos hacia la casa y cerrando la puerta detrás de nosotras.

:- Los secuestradores... uno de ellos intentó activar los explosivos. Pensamos que era el fin, pero logramos salir corriendo justo a tiempo -explicó Freen.

:- Dios mío... - mi padre suspiró, pasándose una mano por el cabello.- Estoy tan aliviado de que estén a salvo.

Nos sentamos en el sofá, y mi padre nos trajo agua. Tomé un sorbo y sentí que el alivio finalmente comenzaba a asentarse.

MI GUARDAESPALDAS || FREENBECKY (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora