MI GUARDAESPALDAS || FREENBECKY (G!P)

22. Celos

FREEN

Luego de que mi madre se sintiera mejor y volviera a casa, Becky y yo regresamos a la mansión. Estaba cansada y llena de dudas sobre si mi hijo realmente estaba muerto o si era otra mentira más.

No pude dormir en toda la noche. Me levanté y busqué las carpetas que habíamos robado de la institución. Comencé a revisar cada documento, una tras otra, hasta que sentí los primeros rayos del sol iluminando mi rostro.

:- Fini, ¿te despertaste temprano o no dormiste? —preguntó Becky con voz soñolienta, acercándose a mí. -

:- No pude dormir, quería leer cada documento, quería encontrar un error, una esperanza —dije, mis ojos cansados reflejaban la intensidad de mi búsqueda. -

:- ¿Y qué pasó? —preguntó, sentándose a mi lado. -

:- No lo sé, todo parece estar en orden, pero tengo un presentimiento, Becky. Creo que el dolor nos cegó, no nos dio tiempo de reaccionar —dije, sintiéndome abrumada mientras Becky tomaba mis manos con ternura. -

:- Amor, no podemos hacernos falsas ilusiones —dijo suavemente, acariciando mi mejilla con sus dedos. -

:- ¿Qué perderíamos? Ya hemos sufrido pensando que estaba muerto. Quiero investigar todo —respondí con determinación, mirándola a los ojos. -

:- Voy a contratar a un nuevo investigador —dijo Becky, decidida. -

:- Señorita Sarocha, la busca su padre. Está en el despacho del señor Armstrong —dijo Marta desde el otro lado de la puerta. -

:- Está bien, Marta, en unos minutos estoy ahí —grité de vuelta. -

:- Fini, ¿estás segura de que quieres hablar con él? —preguntó, su voz llena de inquietud. -

:- No quiero, pero debo, amor —dije, besándola suavemente en los labios. Sentí su apoyo y amor en ese instante, lo cual me dio la fuerza que necesitaba.

Me levanté de la cama, me di una ducha rápida y me cambié de ropa. Con el corazón latiendo con fuerza, me dirigí al despacho donde mi padre ya me estaba esperando.

:- Te veo y no lo puedo creer - dije acercándome a él- Sé que nunca fuiste un padre amoroso, ¿pero violento? Lo que le hiciste a mamá no tiene perdón. -

:- Tengo vergüenza, pero sé que no vas a entender porque hay muchas cosas que tú no sabes. -

:- Hay muchas cosas que sí sé, papá -dije con firmeza. -

:- ¿Ah, sí? ¿Sabes que tu madre es amante de Marco Armstrong? ¿Sabes que durante todo nuestro matrimonio tuvo amantes? —dijo enojado, levantando la voz. -

:- ¿Y tú qué, papá? —respondí, desafiante.

:- Lo mío es diferente —dijo, alejándose.

:- ¿Diferente? ¿Qué es diferente? ¿Que eres hombre? ¿Eso te hace diferente? ¿Por eso golpeas? ¿Y tus amantes qué? —dije, mirándolo fijamente a los ojos, mi voz temblando de rabia.

:- No, no es eso —respondió, su voz bajando.

:- ¿Y entonces qué es? —dije, perdiendo la paciencia.

:- Vergüenza -

:- Vergüenza me dan ustedes. Todos estos años, tú y mamá. Por eso ya no me extraña lo que me hicieron, por eso ya no me extraña que ustedes me hayan quitado a mi hijo. Ustedes no quieren a nadie —dije, mi voz quebrándose mientras mi padre me daba la espalda, evitando mirarme a los ojos.