MI GUARDAESPALDAS || FREENBECKY (G!P)

32. Juntas de nuevo.

BECKY

:- Becky... —susurró Freen, sin poder contener las lágrimas.

La abracé con todas mis fuerzas, sintiendo una ola de alivio y amor que me recorrió el cuerpo. Freen me llenó de besos, diciéndome entre sollozos cuánto me había extrañado.

:- Yo también te extrañé, amor - le susurré al oído, devolviéndole cada beso con la misma intensidad.

Nos quedamos así un momento, fundidas en un abrazo que parecía eterno. Sentía su corazón latiendo contra el mío, y no podía creer que estuviera aquí, con ella, después de todo lo que había pasado.

:- ¿Estás bien? - le pregunté suavemente, notando lo pálida que estaba - Te ves un poco débil amor-

Freen negó tiernamente con la cabeza, con una sonrisa que me rompió el corazón y me llenó de ternura al mismo tiempo.

:- No he comido mucho estos días... no tenía ganas - admitió, bajando la mirada.

:- Vamos, vamos a la cocina. Te prepararé algo delicioso - dije, tratando de sonar animada.

Freen siguió abrazándome por la cintura, sin querer soltarme ni por un segundo. Caminamos así, pegadas, hasta la cocina. Me sentía como en una especie de danza cómica, intentando no tropezar con nada mientras Freen se aferraba a mí.

:- Amor, necesito un poco de espacio para cocinar - le dije riendo, tratando de maniobrar con los ingredientes.

:- Pues arréglatelas, porque no pienso separarme de ti - dijo Freen, besando mi cuello haciéndome estremecer.

Intenté concentrarme en preparar algo sencillo pero nutritivo para ella. Tomé algunos vegetales y comencé a cortarlos, con Freen prácticamente pegada a mi espalda.

:- Así no voy a poder, cariño - bromeé, girando la cabeza para mirarla.

:- Es tu problema, cocinera. Yo solo quiero estar aquí - respondió, sonriendo traviesamente.

:- Bueno, intentaré no cortarme un dedo, al menos - dije, tratando de mantenerme seria pero riendo por dentro.

Empecé a cocinar con Freen colgada de mí como un koala. Cada vez que intentaba moverme, ella se adaptaba, siguiendo mis movimientos. Parecíamos dos piezas de un rompecabezas, encajando perfectamente en cada paso.

:- ¿Sabías que eres la mejor abrazadora del mundo? - le dije mientras removía la sartén.

:- ¿Sí? ¿Y eso quién lo certifica? - preguntó Freen, con una risita.

:- Yo, obviamente. Soy una experta en abrazos, y el tuyo es insuperable - dije, volteándome un poco para besarla rápidamente.

Freen se rió y me abrazó más fuerte, haciendo que casi tirara la sartén.

:- ¡Hey! ¡Quiero que sobrevivas para comer esto! - exclamé, fingiendo seriedad.

:- Lo intentaré, pero no prometo nada - dijo, besando mi hombro.

Finalmente, logré servir la cena. Nos sentamos en la mesa, pero Freen se movió para sentarse sobre mis piernas.

:- ¿Así planeas comer? - le pregunté, riendo.

:- Sí. No pienso separarme de ti, te lo dije - dijo, besándome suavemente.

El beso de Freen se volvió más profundo, más intenso, y sentí una oleada de sensaciones recorrer mi cuerpo.

:- Amor, tienes que cenar - murmuré contra sus labios, pero Freen no parecía escucharme. En cambio, se levantó ligeramente y se sentó a horcajadas sobre mí, besándome con una pasión que me dejó sin aliento. Su cuerpo presionado contra el mío me hizo perder la noción del tiempo y el espacio. Me sentí más viva que nunca.