Little Secrets | TEEN WOLF

Capítulo 7.

MÍA

Lunes día que más odio en mi vida solo por el hecho de que deba asistir a esta prisión llamada escuela, no me juzguen seré una nerd, pero odio la escuela en parte, como sea me encontraba en la ultima hora con nada más ni nada menos que cuatro ojos Harris, tengo una especie de amor-odio con ese profesor, en fin.

Solo lo escucho hablar de átomos y algo sobre el magnetismo a lo que no presto atención porque ya me lo sé, miró las manijas del reloj esperando que suene el timbre, segundos solo segundos y pum suena el timbre.

Todos recogen sus cosas rápidamente antes de que Harris se le ocurra dejar tarea y yo no me quedo atrás, al salir del salón choco con cierta castaña provocando que me tambaleará un poco, por suerte logre mantener el equilibrio.

-Mía te estaba buscando. – dijo una alegre Allison.

- ¿Si? ¿Por qué? – pregunte confundida.

-Dijiste que me ayudarías a desempacar algunas cosas hoy ¿Lo olvidas? – dijo Allison.

-Aahh cierto, lo había olvidado, solo debo avisar a mi hermano y nos vamos. – le dije provocando que su sonrisa se achicará un poco ante la mención del morocho. – Supongo que por tu reacción aún no habla contigo ¿Me equivoco?

Hizo una mueca antes de contestar.

-No, todavía no lo hace. –dijo haciendo un puchero triste.

-Hey no te preocupes tal vez lo haga ahora al salir. – le dije dándole ánimos.

-Espero que sí. – dijo Ally antes de volver a sonreír. – como sea ¿Te espero afuera o le mandas un mensaje?

-Le mandaré un mensaje en el camino. – dije comenzando a caminar a la salida.

-De acuerdo. – dijo caminando a mi lado.

-Entonces conoceré a tus padres antes que Scotty. – dije soltando una risa.

-Al parecer sí. –dijo riendo conmigo.

Nuestra risa cesa al salir afuera, puedo ver a Scott sentado en una banca de seguro esperando a la castaña a mi lado.

-Te dije que te hablaría ahora. – le dije y le hice una seña para que se adelantara y pudiera hablar con él.

Ella me hizo caso y se adelantó, tomando su mochila con fuerza, yo caminé más despacio para darles su espacio, vi como Allison parecía ponérsela difícil a mi hermano y este parecía prácticamente a punto de ponerse de rodillas y rogarle, luego se detuvieron e intercambiaron un par de palabras, vi cómo se estaciono una camioneta roja y Allison la señalaba por lo que me acerque rápidamente.

-Es papá, debo irme. – dijo me miró un segundo. – te espero en el auto. – y se alejó con una sonrisa boba.

- ¿Por qué te esperará en el auto? – dijo dirigiéndose a mí.

-Espero que le hayas dado una buena explicación por haberla dejado plantada en la fiesta – por la mueca que hizo supe que no fue muy buena. – y respondiendo a tu pregunta, le ayudaré en algunas cosas, descuida mamá ya sabe solo faltaba decirte a ti. –finalice antes de que preguntará si había avisado a mamá.

- Bueno cuídate entonces e intenta no regresar tarde. – dijo antes de besar mi frente, me aleje de él.

A unos pasos más adelante me volteé y dije.

- Conoceré a tus suegros antes que tú hermanito. - solté y seguí mi camino con una sonrisa burlona al ver su reacción.

Al llegar al lado de Allison, vi a un señor que tenía una mirada dura, pero a su vez dulce, supongo que él es su padre.

-Papá ella es Mía. – dijo haciendo un ademan frente a su padre. – Mía él es mi padre. – dijo señalándolo a él ahora.

Su padre me miro unos instantes antes de ofrecerme su mano la cual acepté devolviendo el saludo.

-Chris Argent. – dijo saludándome.

-Mía McCall. –dije devolviéndoselo.

-Un gusto. – dijo soltando mi mano y dándome una sonrisa.

-El gusto es mío señor argent. – dije dándole un asentimiento de cabeza.

Allison a mi lado miro el intercambio de palabras con una sonrisa en su rostro.

-Bien ¿nos vamos? – pregunto a lo que ambas asentimos.

Procedimos a subir a la parte de atrás de la camioneta, el señor argent cerró la puerta para luego rodear el auto, subirse y comenzar a conducir.

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Cuando llegamos a la casa de Allison la cual estaba situada en uno de los barrios altos, tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no quedar boquiabierta, era casi igual de grande como la casa de Lydia, y se veía hermosa.

Cuando entramos una mujer pelirroja con corte militar nos recibió, joder que puto susto da la mujer, su mirada era dura como piedra, espero que solo sea una fachada.

-Llegaron. – dijo seria para luego mirarme a mí. - ¿Quién eres tú? – dijo duramente.

Olviden lo que dije parece ser que es igual a su fachada.

-Mía. – dije tajante. – usted debe ser la madre de Allison.

Pude ver por el rabillo del ojo como Allison ocultaba una sonrisa.

-Mamá Mía me ayudará a desempacar algunas cosas. – dijo atrayendo la atención del sargento quien parecía querer matarme por cómo le respondí.

-Bien, una galleta. – dijo ofreciéndonos de lo que había en el plato que hasta ahora no me había fijado que traía.

Allison negó y la miré casi indignada ¿acaso acaba de rechazar una rica galleta? Ella noto mi mirada por lo que se le escapó una risa.

-Mía quiere una al parecer. – le dijo a su madre.

Quien volvió a verme como si quisiera matarme, pero aun así me extendió el plato para que sacara una.

-Tal vez tú no quieras Ally, pero nunca se dice que no a la comida. – le dije mientras tomaba unas cuantas.

Me lleve una a la boca para probarla y cuando toco mi paladar no pude evitar gemir de fascinación, joder esta exquisita, Allison me miro divertida, antes de comenzar a tirar de mi brazo para subir las escaleras.

-Me agrada. – escuche que decía el señor argent a su esposa.

-Tiene su chispa. – dijo ella.

Podía sentir sus miradas en mi espalda, antes de desaparecer escaleras arriba dije.

-Tiene que darme la receta de estas galletas. – dije y pude escuchar la risa de Ally y la del señor argent.

Bueno al menos le agrado a uno de ellos, en cuanto a la otra ya me ganaré su agrado, aunque tenga esa apariencia y personalidad de sargento que me jode.