Capítulo 17.

57 8 0
                                    

Mía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mía

Escuché a mi madre golpear la puerta, no me moví de mi lugar, escuché como la puerta se abrió.

- Hija – el rostro de mi madre apareció ante mí - ¿Cómo te sientes cariño? – pregunto acariciando mi rostro.

- Cansada. – fue todo lo que respondí.

- ¿Dormiste algo anoche? – volvió a preguntar.

Negué con la cabeza, cada que cerraba los ojos veía a él conserje.

- ¿Cómo se encuentra Scott? – pregunte en cambió.

Supe que Allison y el terminaron, aun no se la razón, pero al parecer tuvo mucho que ver con lo sucedido en la escuela.

- Totalmente destrozado, ya sabes tuvo su primer rompimiento. – contestó mamá. – Tú padre llamo, quiere que le llames en cuanto puedas – hice una mueca, lo menos que quería era que Rafael se enterará de anoche. – Está preocupado y sabes que Scott no lo llamará.

Bufé, claro que sabía que Scott no lo llamaría, en lo que a él respecta Rafael dejo de existir en su vida hace años y lo entendía realmente, pero a veces me frustraba tener que solo mantener el contacto por los dos, Rafael solía preguntar por Scott cada que podía porque no se atrevía a llamarlo el mismo.

Hombres.

- Bien, lo llamaré. – respondí sin más.

Mamá asintió. – De acuerdo, sé que te quedarás en cama todo día, pero por favor baja a comer algo ¿Si? Y no olvides tomar la medicina. – espero a que respondiera para luego retirarse.

Suspiré tomando mi teléfono para llamar a Rafael.

- Hola pa.

^^^^

Golpeé la puerta de la habitación de Scott, no escuché nada así que abrí lentamente la puerta hasta que solo metí mi cabeza.

- ¿Scott? – pregunte al verlo tirado en la cama.

No respondió, pero supe que estaba despierto, así que entré por completo a su cuarto.

- Hazte a un lado. - dije, mientras me sentaba en la cama.

Scott movió su cabeza hasta quedar mirándome, cuestionándose el porque me encontraba aquí con la mirada, levante mis manos mostrándole el tarro de helado que traía junto con las cucharas, él pareció entender por lo que se levantó y sentó en la cama apoyando la espalda, le pase una cuchara y comenzamos a comer helado, nuestro helado favorito frutos del bosque y chocolate suizo. Pasamos algunos minutos en silencio.

- Ya pasará – dije rompiendo el silencio. – ese dolor de un corazón roto, se irá, tal vez no ahora, pero eventualmente sí. – dije mirándolo.

Hizo una mueca. – Mamá dijo algo parecido.

- Vez las mujeres sabemos más al respecto. – dije llevando la cuchara a mi boca.

Entonces pude sentir su mirada sobre mi nuevamente. - ¿Qué? – pregunte confundida.

- ¿Cómo sabes que pasará? – dijo confundido – No has tenido novio ¿o sí? – dijo ahora expectante ante mi respuesta.

Bufé. – Gracias por recordarme que mi vida amorosa es un asco Scotty. – rodé los ojos, pero respondí a su otra pregunta – Lo sé, porque no siempre son los novios quienes rompen tú corazón, algunas de esas veces son tus amigos y créeme esos suelen doler aún más que un noviazgo. – dije mientras recordaba a cierto niño pelinegro.

- ¿Ya te ha pasado? ¿No es así? – pregunto triste, asentí - ¿Cómo es que no me enteré? – pregunto indignado.

Suspiré. – Porque de haberlo hecho tú y Stiles hubieran ido a molestarlo, no siempre necesito que me protejas Scott, algunas veces puedes dejar que sea al revés. – contesté simplemente.

- Lo comprendo. – fue todo lo que dijo.

Estuvimos comiendo en silencio unos cuantos minutos más, me debatí entre contarle que Rafael había preguntado por el o no, finalmente decidí que no lo diría, eso solo provocaría su frustración.

- Aun así, si algo llegará a pasar ¿Me dirás? – comento mirando hacia la nada.

Lo pensé unos cuantos minutos. – No prometo nada, sabes bien que hay cosas que no se hablan Scott. – dije sin más.

- ¿Cómo qué? – y ahí está el Scott que conozco.

Lo miré unos cuantos minutos con incredulidad. – Scott eres consiente que no te diré todo lo que me pase, hay cosas que son personales y privadas. – al decir eso pareció entender porque sus ojos se abrieron.

- Si entiendo. – respondió.

- Bien, ahora termina tú helado y date una ducha, estoy segura que Stiles vendrá por ti. – al decir eso mi teléfono sonó, con un mensaje de Stiles que decía que le avisara a Scott que vendría por el en unas horas, se lo mostré. – Vez te dije.

Él solo negó con la cabeza, sabiendo que lo que sea que planeaba Stiles no tenía ánimos para eso, pero igualmente iría.

Little Secrets | TEEN WOLFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora