Mía McCall es una chica que ama comer, ver películas, dormir y sobre todo a sus amigos y familiares.
Suele tener un humor del diablo de vez en cuando, de esos que ameritan golpear algo o alguien.
Mía tiene una vida relativamente normal, es decir es...
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MÍA
Con Allison nos encontrábamos tendidas en la cama, hemos estado hablando de cómo era San francisco, New york, Forks, Francia y algunas anécdotas de los lugares donde ha estado, la verdad me sorprende la cantidad de ciudades que conoce. Me conto como en cada una de ellas le costaba hacer amigos al principio ya que se encariñaba rápidamente y luego dolía tener que decir adiós.
- Oh por dios, no puedo creer que le hayas tirado la malteada encima a esa pobre chica. – dije comenzando a reírme.
- ¡Fue por accidente! – dijo ella, yo me calle abruptamente, nos miramos unos segundos para luego estallar en carcajadas.
Allison conto como fue que sin querer tiro su malteada encima de una chica en Forks, al chocar con ella, de solo imaginar tal escena me da más risa aún.
- Es. . . enserio . . . incluso intente arreglarlo . . . pero solo lo empeore. . . debiste ver su cara. – hablo Allison entre risas.
Pronto la imagen de una Allison intentando arreglar ese desastre llego a mi mente y no pude evitar reírme un poco más fuerte.
- Joder . . . – dije sin aire, volteé sobre mi espalda quedando con la mirada en el techo, sentí como Allison se volteaba a mi lado.
Quedamos en silencio recuperando el aire que perdimos hace unos instantes, lo único que se escuchaba en la habitación eran nuestras respiraciones.
- Sabes no había reído de esta forma hace meses. – dijo Allison interrumpiendo el silencio que nos rodeaba. – había olvidado lo bien que se sentía reír de esta forma.
Voltee mi cabeza a su dirección encontrándome con su mirada.
-Si te soy sincera yo tampoco lo recordaba. – dije regalándole una sonrisa. – aunque ahora me tienes como amiga así que te reirás más seguido tal vez ya sea de mi o de los idiotas que nos rodean y en esa clasificación también entran Stiles y Scott. – una sonrisa boba adorno su rostro – Oh satán no pienses en mi hermano en mi presencia por lo que más quieras. – le supliqué a lo que ella solo pude reír.
-No pensaba en Scott. – dijo.
-Ya y esa sonrisa boba es porque pensabas en unicornios. – dije con evidente sarcasmo.
-Tal vez. – dijo aun con esa sonrisa.
-Bien señorita pienso en unicornios debo irme a casa o se me hará tarde. – digo para luego levantarme de la cama e ir a por mí mochila.
-Te llevo. – escuche que dijo Allison, me gire a verla viendo que se colocaba los zapatos.
-No es necesario. – dije.
-No está a discusión Mía, vamos. – dijo y salió de la habitación.
Suspiré rendida para seguirla, una vez abajo sus padres no se veían por lo que no me despedí de ellos.