Capítulo 19.

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Omnisciente

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Omnisciente

La luna llena resplandecía en el cielo nocturno, brillaba como si con sus rayos quisiera alcanzar un alma rota y consolarla con estos.

Las llaves abriendo una puerta sonaron.

- ¿Scott?

Del salón salió Melissa con su uniforme de enfermera, se detuvo al darse cuenta de que era nada más ni nada menos que el pequeño Stilinski.

- Nop, Stiles. – dijo de lo más natural preguntándose cómo es que lo confundía con Scott.

Melissa lo miro y se dio cuenta de algo.

- ¿Llaves? – apunto su mano, la cual Stiles movió mostrándoselas. – Sabes ni siquiera preguntaré al respecto – se resignó a guardarse las dudas.

- Buena idea ¿Scott no está en casa?

- No, él no ha llegado aún – dijo algo cansada.

- Y ¿Mía? – pregunto otra vez, debía de sacarla de la casa para que Scott no la dañará y aun no sabía cómo así que rezaba porque esta no estuviera en casa.

- Ella . . . ella está en su habitación. – un suspiro triste abandono los labios de Melissa y Stiles no pudo pasarlo por alto y solo entonces noto los ojos rojizos de la mujer frente a él, quería preguntar, pero por el momento se abstuvo de toda curiosidad en su ser, lo cual era muy difícil.

- ¿Ella está bien? – pregunto con cuidado.

- No lo sé – apretó los labios en una suave línea. – Yo debería ir a trabajar, así que intenten no destruir mi casa con sus juegos de acuerdo. – dijo finalmente para caminar a la puerta, se detuvo antes de salir - ¿Stiles? ¿Él está bien? Me refiero a Scott. – pregunto con esperanza de que su amigo supiera que les sucedía a sus hijos.

- Si, ¿Por qué? – pregunto el pecoso preocupado de que la madre de sus amigos se diera cuenta del peludo problema de su amigo.

- Es que el ya no me cuenta nada, no como lo hacía antes, de Mía lo comprendo siempre fue un poco más reservada, pero Scott solo . . . espero que este bien, que ambos estén bien, eso es todo lo que quiero para ambos.

-Él está bien, solo está pasando por algo difícil de explicar. – Stiles respondió moviendo las manos hacia todos lados – pero sé que en algún momento se lo dirá, ahora usted debería irse.

Melissa lo miró incrédula. – ¿Me estas corriendo de mi propia casa? – pregunto sin creérselo.

- Si . . . Osea no – movió hacia todos lados las manos – me refiero a que se le hace tarde, si eso, se le hace tarde para el trabajo.

- De acuerdo, adiós. – dijo sin más que decir y saliendo de su casa.

- Si adiós, uff eso estuvo cerca. – dijo Stiles soltando un suspiro.

Dicho eso corrió escaleras arriba directo a la habitación de Mía, golpeo la puerta, nada, volvió a golpear, nada, a la tercera decidió abrir la puerta con una mano en sus ojos.

- ¿Mía? – nada, entreabrió sus dedos sin ver nada, saco la mano de su cara dándose cuenta de que Mía no estaba en la habitación ni en el baño de esta.

- Bueno eso facilita un poco mis planes.

Unas horas más tarde Stiles llevaba a cabo el plan de contingencia por luna llena.

Stiles que se presentía que su lobuno amigo tuvo algo que ver con la ausencia de Mía en la práctica y con el brillo labial corrido en el rostro de Lydia, decidió tener una vendetta hacia Scott y esto lo hizo al tenerlo esposado al radiador de la habitación con un plato para perros con el nombre "SCOTT" escrito con un plumón, él pecoso sabía que eso no era mucho, pero era todo lo que podía hacer, claro está que de todos modos escapó.

En otra parte de la ciudad una castaña caminaba con la mirada perdida en unos ojos llorosos, iba hacia donde sus pies la guiarán, no sentía nada más que tristeza, no era del todo consiente de hacia dónde iba, solo sabía que no quería estar en su casa al menos no ahora, no pudo evitar mirar la luna llena que se presentaba en el cielo rodeada de estrellas, y ella se sintió sola por un momento, solo por un momento.

Jackson Whittemore conducía su Porsche hasta su casa pensando que al fin descubriría el secreto de Scott cuando vio a lo lejos una castaña melena, la cual reconocería en cualquier parte, acelero hasta llegar a ella quien justo paro en la entrada de su casa.

- Mia – le llamo Jackson.

Ella volteo al escuchar a su amigo, Jackson pudo ver como sus ojos estaban rojizos al igual que su nariz, se acercó rápidamente a ella al notarlo.

- Mia, bonita ¿Qué paso? – pregunto con cuidado.

Su mirada se encontró con la mía y tan pronto como sus ojos ubicaron los del rubio comenzó a llorar lanzándose a sus brazos.

- Vamos adentro Princesa.

Jackson al ver que no le respondía la tomo con cuidado en brazos caminando hacia la casa, preguntándose qué había sucedido para que su amiga se encontrará en ese estado.

Sabiendo quecualquier cosa que pensaba hacer quedaba en segundo plano, Mía era mucho másimportante para él.

Little Secrets | TEEN WOLFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora