Algo aquí va mal

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Ya era lunes y me dirigía con muchas ganas a la academia. Cuando llegué al aula, había un cartel.

Cerrado por Festivo.

"¡Se me había olvidado que hoy no había clases! ¡Qué torpe soy!", pensé.

Estaba a punto de salir porque no tenía nada que hacer.

—Aurora —murmuró una voz detrás de mí.

Me giré hacia atrás y lo vi. Ya no tenía tantas ojeras y hoy estaba peinado y arreglado.

—Qué alegría verte, profe —dije con una sonrisa.

—Igualmente, Aurora —respondió con serenidad.

Jack estaba raro, sus ojos no brillaban como los de cualquier otra persona, estaban apagados. Aunque se veía arreglado, sentí que llevaba una mascara para cubrir lo que en verdad sentía. Que extraño.

—¿Quieres pasar? Estoy libre —añadió.

—Vale, pero, ¿qué haces aquí si estamos de vacaciones?

—Tenía algunos exámenes pendientes que corregir.

—Ah, comprendo —asentí.

—Profe, se te ha caído esto —dije, agachándome para recoger su carné de conducir.

No pude evitar echarle un vistazo para curiosear un poco. Es la única persona que conozco a la que la foto del carnet de conducir le haya salido tan perfecta, parecía un maldito dios griego. Antes de que mi corazón se volviese loco, pase a ver rápidamente su año de nacimiento.

—Con que tienes 21 años, ¿eh? —comenté mientras le daba lo que le pertenecía.

—Vaya, qué lista —espetó con una sonrisa divertida.

—Eres muy joven para ser profesor, ¿no? —insistí.

—Mis padres eran profesores, así que me dedicaron mucho tiempo. Tras que mi padre... Olvidalo, dejémoslo en que me enseñaban demasiado.

Si rostro se había apagado casi al completo pero seguía sin entender porque no se notaba tanto. Que bien se le da ocultar sus emociones, pero dudo que a mí se me escape alguna.

—¿Te puedo preguntar algo? —dije cambiando de tema.

—Claro —murmuró.

—Me he dado cuenta de que masticas mucho chicle. Siempre que te veo estás mascándolo. ¿Será por eso que tienes la mandíbula tan marcada? Porque si es así, dame dos—dije divertida.

—No te hace falta —corrigió, mirándome a los ojos.

—Si tú lo dices —respondí, riendo.

—Bueno, cambiando de tema... —empezó a decir, pero una llamada lo interrumpió.

—Un segundo —se disculpó, levantando la mano.

—No te preocupes —respondí, quitándole importancia.

Tras eso, salió hacia el pasillo. Pasaron diez minutos y aún no volvía. Cinco minutos más tarde, entró al aula.

—Aurora, me tengo que ir. Toma mi número y dirección, que era lo que te quería dar —dijo apresuradamente, sacando una hoja.

Quería preguntarle qué le pasaba, pero cogió su mochila y salió por la puerta. Salí tras él, pero al llegar a la salida, subió a su Mercedes negro y se fue. Poco más y atropella a una anciana que pasaba tranquilamente por la carretera.

Llegué a casa. "Vaya día más movido que he tenido." Eran las once de la noche. Había estado con Jack cuatro horas. Me tumbé en mi cama y, como mi madre estaba trabajando en el hospital y mi padre en la obra, ya que era arquitecto, me hice yo misma la comida.

Lecciones De Amor 🌺🩷 |Salma El FilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora