¿Universidad?

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La mañana había empezado como cualquier otra, pero había algo en el aire que me hacía sentir diferente. Quizás era la expectativa, la esperanza o tal vez la ansiedad. No lo sabía bien, pero algo dentro de mí me decía que hoy sería un día o muy bueno o muy malo. Me desperté temprano, antes de que el sol asomara por completo, con el corazón acelerado y las manos temblorosas.

Había enviado la solicitud de ingreso a la Universidad de Medicina en Los Ángeles hace un mes, y hoy era el día en que recibiría la respuesta. Me levanté de la cama, intentando calmar mis nervios. Me vestí rápidamente y fui a la cocina, donde encontré a Lea revoloteando como siempre.

—¡Buenos días, Aurora! —exclamó Lea, con su inagotable energía matutina—. ¿Estás lista para el gran día?

Asentí, sin poder evitar sonreír ante su entusiasmo contagioso.

—Sí, Lea. Estoy lista. Más o menos.

Lea me abrazó rápidamente.

—Todo va a salir bien. Lo sé.

Pronto, el resto de mis amigos se unieron a nosotros. Nora, con su habitual calma, me dio una taza de té caliente.

—Esto te ayudará a relajarte —dijo con una sonrisa tranquila.

Jack llegó poco después, con su actitud despreocupada de siempre. Hace dos días le había hablado mal por lo que le hizo a Luck, así que pensé que estaría enfadado y que no estaría conmigo para ver si me habían aceptado en la universidad. No sabía si Luck iba a estar, pero conociéndolo, seguro que sí.

—Hoy es el día, ¿eh? —dijo Jack, dándome una palmadita en la espalda—. Vas a hacerlo genial.

Le sonreí. Estaba sorprendida de que me hablara tan normal tras lo que le había dicho, pero bueno, odio enfadarme con la gente, así que lo agradecí y ya.

Luck entró en la cocina, su expresión seria y distante como siempre. Aunque no dijo nada, me sonreía cada vez que cruzábamos miradas. Eso me encantó.

—Vamos a ver qué pasa —dije mientras miraba a todos mis amigos. Nunca había tenido a tanta gente emocionada por algo mío. Me encantaba este grupo de amigos.

Nos dirigimos todos a la sala de estar, donde había dejado mi portátil preparado. Me senté al frente y lo encendí, sintiendo cómo cada segundo se alargaba en una eternidad. Mis amigos se agruparon a mi alrededor, formando un círculo.

Abrí mi correo electrónico y comencé a buscar el mensaje de la universidad. Cada clic parecía resonar en el silencio de la habitación. Y entonces, ahí estaba. Un correo de la Universidad de Medicina en Los Ángeles. Mi corazón latía con fuerza mientras hacía clic para abrirlo.

**Estimada Aurora,**

Mis ojos recorrieron las primeras líneas, y luego lo vi. Esa palabra mágica que lo cambió todo: **Aceptada**.

—¡Me han aceptado! —grité, sin poder contener mi emoción.

Lea saltó de alegría, gritando y abrazándome fuertemente.

—¡Lo sabía! ¡Sabía que lo lograrías!

Vi a Nora con una sonrisa de oreja a oreja.

—Me alegro un montón, te lo mereces.

Me dijo Nora sonriéndome; ella era muy tranquila, así que no me esperaba que saltara como Lea.

Jack me levantó del suelo en un abrazo de oso, girándome en el aire. Parecía que había olvidado todo lo que pasó, así que lo aproveché y ya.

—Sabía que te aceptarían. Eres increíble.

Incluso Luck, con su habitual frialdad, dejó escapar una pequeña sonrisa.

Lecciones De Amor 🌺🩷 |Salma El FilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora