La despedida

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Ya era el día de mudarme. A las ocho de la noche venían Jack y Alberto a recogerme para ir al aeropuerto. Estaba súper emocionada pero también nerviosa, ya que solo llevábamos unos meses, aunque confiaba en él. Además, solo eran 5 meses de prueba. Pero al parecer, mi hermano estaba mil veces más emocionado que yo.

— ¡Aurora se va, Aurora se va, Aurora se va, por fin!

Decía mi hermano saltando y cantando por toda la casa.

— Rayan, creo que todos nos hemos enterado, ¿eh?

— Pero es que las buenas noticias hay que recalcarlas y celebrarlas más de una vez.

— Te voy a meter la silla por la nariz, Rayan.

— Pues Rayan no es el único que está emocionado.

Dijo mi padre divertido.

— ¡Papá!

— Ves, que todos están conmigo. Es porque está claro que soy el favorito.

— Ya, porque eres adoptado.

— Pues al menos a mí me eligieron, tú solo fuiste un error.

Me dijo mi hermano riéndose.

— Chicos, dejad de pelearos. Nadie aquí es adoptado ni nadie es un error.

Dijo mi padre.

— Bueno, bueno, niños. ¿Por qué no dejamos las discusiones para después? Al menos esperemos a que Aurora se vaya para volver a la rutina de "quién es el favorito".

— Oye, papá, ¿y si me llevo a Rayan en la maleta? Así os doy un descanso de verdad.

— Ja, ja, muy graciosa. Aunque no suena tan mal...

Dijo mi padre con una sonrisa cómplice.

Rayan se quedó callado por un momento.

— Vale, vale, me habéis ganado.

Dijo mi hermano, sintiéndose derrotado.

Mi padre y yo chocamos los cinco felizmente.

— Bueno, voy a seguir preparando la maleta. Rayan, cuando termine de prepararla, te llamo y te metes dentro.

Le dije riéndome a mi hermano.

— Ya, ya, lo que tú digas.

Me dijo mi hermano, alejándose hacia su habitación.

— Bueno, Aurora, sabes que solo son 5 meses de prueba y si no te gusta...

— Vuelvo a casa, ya lo sé.

— Exacto.

— Pero si me gusta...

— Te quedas.

— Exacto.

— No quiero que hagas nada con ningún chico, ¿eh?

— Puse una mueca.

— Conozco esa cara, ni se te ocurra, ¿eh?

— Eso ya lo veremos.

Susurré entre dientes.

— Eh, que te he escuchado.

Me dijo divertido y los dos nos reímos.

Después entró mi madre a mi habitación mientras mi padre iba a descansar un rato o Dios sabe qué iba a hacer.

— Bueno, muchachita, ya sabes qué hacer y qué no hacer, ¿no?

— Exacto, pero que sepas que es por la universidad. Me convertiré en una excelente doctora.

Lecciones De Amor 🌺🩷 |Salma El FilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora