Primer día

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Hoy era mi primer día en la Universidad de Medicina de Los Ángeles y no podía estar más emocionada. Todo era nuevo y un poco intimidante. Siempre me ha gustado lo nuevo, pero no enfrentarme a ello. Al llegar, el campus era enorme y había estudiantes por todas partes. Odiaba los lugares con mucha gente, no sé por qué; supongo que mi batería social no dura tanto, es como un iPhone. Estaba muy nerviosa por cómo me tratarían los profesores y si iba a tener alguien con quien estar. Soy muy antisocial y me cuesta hacer amigos, pero odio quedarme sola, aunque también disfruto de la soledad. En fin, así soy, más rara que un billete de treinta en España.

Me dirigía hacia el edificio principal, buscando mi primera clase. Mientras me acercaba a la entrada, recordé lo que pasó en la entrevista. Recuerdo que me choqué con un chico que parecía estar de muy mal humor y no fue nada amable, pero Luck le dio su merecido. Pobrecito, menos mal que no se hizo tanto daño, creo. Espero no encontrármelo hoy, qué vergüenza.

La clase de anatomía estaba a punto de empezar. Me perdí un poco buscando la clase, pero la encontré a tiempo. Cuando entré, faltaban el profesor y yo, literalmente había llegado un poco tarde; no es que sea yo muy puntual. Busqué un asiento vacío en la tercera fila y me senté, sacando mis cosas de la mochila. Mientras organizaba mis cuadernos, escuché una voz familiar detrás de mí.

—¡Tú! —dijo una voz que reconocí al instante.

Me giré lentamente y ahí estaba el chico de la entrevista. Sus ojos se encontraron con los míos y pude ver un destello de reconocimiento y sorpresa.

—Tú eres la chica de la entrevista —dijo él, cruzando los brazos.

El chico tenía unos ojos azules eléctricos. Su cabello castaño oscuro caía desordenadamente sobre su frente, dándole un aire despreocupado. Era alto y atlético, con una sonrisa que, cuando aparecía, iluminaba todo su rostro. Tenía una mandíbula fuerte y pómulos marcados. Aunque en la entrevista se había mostrado brusco, ahora podía ver una calidez en sus gestos y una amabilidad en su mirada que antes no había notado. Qué extraño, tal vez solo había tenido un mal día, pero no sé qué le habrá pasado para intentar pegar a Luck. En fin, gente rarita.

—Sí, soy yo —respondí, tratando de sonar segura—. Y tú eres el chico agresivo que casi me saca los ojos por chocar sin querer.

—Solo estaba... —se detuvo, buscando las palabras—. Fue un mal día, ¿vale? Ya si eso te lo cuento. He estado esperando a verte para disculparme; no suelo ser así.

Sonaba tan arrepentido y sincero que me hizo pensar que tal vez, después de todo, no era tan malo.

—Está bien, no te preocupes, todos hemos tenido un mal día.

"Pero no tanto, hijo mío."

—Soy Ethan Blake, pero todos me llaman Blake —dijo después de un momento, ofreciéndome su mano—. Perdón por ser un idiota.

—Aurora —respondí, estrechando su mano—. Y... disculpas aceptadas.

Le dije sonriendo amablemente, o eso intentaba.

La clase acababa de empezar y el profesor entró, haciendo que todos se callaran. Entró al aula como una ráfaga de viento desorganizado. Su cabello gris parecía haber tenido una pelea con un secador de pelo. Llevaba una camiseta de rayas con una corbata, con el intento de verse elegante, misión fallida. Sus pantalones estaban tan arrugados que parecían haberse dormido con ellos puestos. Sus gafas de montura gruesa descansaban en la punta de su nariz, como si estuvieran a punto de saltar y escapar de su cara.

—¡Bienvenidos a la clase de anatomía! —dijo, con una voz que sonaba como si se hubiera tragado un megáfono—. Soy el profesor Harrison.

—Hoy vamos a explorar el fascinante mundo del cuerpo humano. ¡Prepárense para ver más huesos que en una película de terror de los años 80! —continuó, con una sonrisa torcida.

Lecciones De Amor 🌺🩷 |Salma El FilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora