Chisme

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Eran las nueve de la mañana, me levanté de la cama y me dirigí hacia el salón. Sabía que todos estaban fuera: Luck, Jack y Alberto trabajando; Leah y Nora en la universidad; y Eddie entrenando.

Bajé a la cocina a desayunar. Me preparé unos simples y tristes cereales y los comí mientras revisaba el móvil. Sinceramente, llevaba toda la noche pensando en la historia que me contó Nora sobre Luck y en cómo me habló el día anterior. Ya no tenía tantas ganas de ayudarle, pero sabía que tenía que hacerlo.

Estaba lavando el plato cuando de repente escuché la puerta abrirse de golpe. Luck, con grandes ojeras como sacos que rodeaban sus ojos y totalmente pálido, entró y se dirigió al sofá. Se tiró de espaldas y se quedó allí.

-Luck, ¿no deberías estar en el trabajo?

-¿Y a ti qué te importa? -respondió con voz arrastrada y tono borde.

Suspiré y me acerqué a él, con una sonrisa divertida en el rostro.

-Oh, vamos, Luck. Me importa porque ver a un zombie en mi salón no es la mejor manera de empezar el día.

Él rodó los ojos y se cubrió el rostro con un brazo, claramente no de humor para mis bromas.

-Déjame en paz, Aurora.

-Lo siento, pero no puedo dejar pasar esta oportunidad de saber por qué el gran Luck está tan abatido. ¿Qué pasó? ¿Te convertiste en un vampiro anoche? ¿O simplemente no pudiste encontrar tus calcetines de la suerte?

-Aurora, en serio, ¿puedes dejarme tranquilo?

-¡Claro que no! -dije con una sonrisa-. Vamos, cuéntame. Si no, me veré obligada a hacerte cosquillas hasta que hables. Y no, no me importa que seas un bombero rudo. Todos tienen su punto débil.

Luck suspiró pesadamente y se incorporó un poco, mirándome con una mezcla de exasperación y cansancio.

-Eres imposible.

-Lo sé, es uno de mis encantos. Ahora, cuéntame qué te pasó. ¿O prefieres que llame a tus compañeros y les pregunte si hoy decidieron practicar algún deporte extremo en el trabajo?

Luck resopló, claramente derrotado por mi insistencia.

-Está bien, está bien. Te lo diré. Pero solo para que me dejes en paz.

-Trato hecho -dije, sentándome a su lado en el sofá y poniendo toda mi atención en él.

-Me sentía mal del estómago, así que el capitán me ha dicho que me vaya a casa, que no estoy en condiciones para trabajar. Le dije que estaba totalmente bien, pero me repitió lo mismo.

-Yo creo que tu capitán tiene complejo de loro, repite mucho las cosas.

Luck me sonrió, pero su sonrisa se desvaneció rápidamente.

-¿Ahora me vas a dejar en paz?

No me dejó ni respirar cuando se levantó casi corriendo al baño. Le seguí y lo vi vomitando en el inodoro.

-Luck, ¿estás bien? Creo que tu capitán no tenía tanto complejo de loro, como había dicho.

Luck levantó la mirada con una mezcla de cansancio y resignación.

-Aurora, ahora no es momento para bromas.

-Tienes razón, pero alguien tiene que mantener el humor en esta casa. ¿Quieres que llame al médico?

Luck negó con la cabeza, secándose la boca con una servilleta.

-No, solo necesito descansar. Probablemente sea solo algo que comí.

Lecciones De Amor 🌺🩷 |Salma El FilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora