LA BRUJA II "LA MARCA DE LA MUERTE"

Capítulo 9 - 1968: C) El sacrificio

El pueblo de Cainita se encuentra bajo la sombra de las desgracias, el clima volvió a hacerse de lluvia constante y niebla recurrente. La noticia de la muerte de Brandon dejo una sensación de impotencia generalizada en todo Cainita, además los rumores del posible abandono del padre Ignacio causan más tristeza y decepción en los habitantes.

El comisario Robert sabiendo lo importante que es el párroco para la iglesia del pueblo, está fomentando el apoyo con el nuevo padre Darío entre los pobladores, ha decidido cumplir su palabra como siempre lo hace, le brinda todo su apoyo y está haciendo lo posible para acercarlo a las personas de Cainita.

En la casa donde vivía Brandon se llevara a cabo el velorio, allí están sus padres preparando los restos para el velatorio en una habitación, afuera en la sala están algunas personas compartiendo el dolor de la familia, hay mucho silencio, mucho pesar y mucho dolor, la muerte de un adolescente tan lleno de vida causa ese profundo lamento en las personas.

El comisario Robert ingresa en la casa de la familia de Brandon y desea hablar con sus padres, los hacer llamar a la habitación donde visten los restos del último mártir asesinado por la bruja. Los padres salen con toda "la tristeza del mundo" reflejada en sus rostros, es lo que deja la muerte de un hijo, el comisario les ofrece nuevamente sus condolencias ya que fue él en persona, quien anoche vino a contarles del fallecimiento de Brandon y donde lo habían encontrado.

La pequeña María Rosa sufre sollozante en su habitación la muerte de su hermano mayor, está sola, sigue pensando que tuvo la culpa de lo que le sucedió, cree que si hubiera ido a avisarle a sus padres o al comisario Robert lo que estaba haciendo Brandon estaría con vida en estos momentos, quizás tenga razón o quizás no, eso es algo que nunca podrá comprobar.

La pequeña niña decide salir un momento de su habitación, camina por el pasillo de los dormitorios de su hogar, lo hace con lágrimas en sus ojos, de pronto voltea su mirada en el cuarto donde preparan los restos de Brandon, desde la entrada a través de la cortina que cubre el marco de la puerta que no tiene, puede ver sus pies. Temblorosa y muy lento camina hacia adentro de la recamara, secas sus ojos, ya no llora, ingresa y ve el cuerpo sin vida de su hermano mayor, está sobre una mesa, aun no lo meten en el ataúd, ella se acerca hacia su rostro.

María Rosa por ser tan pequeña no puede ver el rostro de Brandon, quien yace en una posición recta con el rostro posicionado hacia el techo, pero el anhelo de la niña por volver a ver su cara es muy fuerte, decide agarrar una silla, la arrastra hasta la mesa y la coloca enfrente del cuerpo a la altura de su cabeza, luego muy despacio se sube y queda frente al rostro de su hermano fallecido.

De pronto el rostro de Brandon cae hacia un costado en la misma dirección en la que se encuentra María Rosa, quien ve frente a frente su cara, de inmediato el miedo la domina, la impresión de ver sus ojos abiertos y marcados con ese extraño color purpura la perturbaran para siempre, comienza a temblar nuevamente y eso la hace caer de la silla, por suerte sus amiguitos Luis y Rubén iban a buscarla a su habitación, escucharon el golpe que produjo la caída de la silla y valientemente entraron en su rescate antes de que empezara a pegar gritos, a ambos no les importo que allí estuviera un cadáver, la sacaron cuanto antes y nuevamente la llevaron a su habitación.

En la sala el comisario Robert les tiene una propuesta a los padres de Brandon, les pide que dejen al nuevo padre hacer la misa y los rezos de su hijo fallecido, ese hecho permitiría seguir acercando al padre Darío con las personas pero al mismo tiempo alejar para siempre al padre Ignacio de los residentes de Cainita.

Los padres de Brandon aceptan la petición del comisario Robert, piensan que si el padre Ignacio quiere irse de Cainita no debería estar participando en las cuestiones que corresponden a la iglesia.