Capítulo 22 - La noche de las pesadillas

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En el pueblo de Cainita han llegado a la delegación los sacerdotes Rafael y Tomas junto con Don Luis y el comisario Montero, allí son recibidos por el cabo Jasón, quien se alegra mucho al saber que nada malo les sucedió desenterrando la tumba de la bruja pero sobre todo por el hecho de que les haya aparecido y no los lastimara de ningún modo.

El padre Rafael deja muy en claro que para mañana en horas de la noche irán a la casa del espectro maligno, se realizará una especie de exorcismo para ponerle fin de una vez y por todas a esa ánima maldita, también les participa que deberían descansar bien esta noche porque aunque la puedan detener no será una batalla fácil e incluso pudiera ser cosa de varios días.

El cabo Jasón menciona que le gustaría estar presente y presenciar el fin de la bruja, sin embargo el comisario Montero recomienda que solo deben ir los mismos cuatro que fueron al antiguo cementerio, no quiere alterar la buena racha de esta noche y mantener a las mismas personas que ya están involucradas, además se debe continuar ocultando lo que hacen a todos los residentes del pueblo, en especial con el padre Darío, por lo tanto todos están de acuerdo y así se hará, también es un poco de superstición no alterar el número de involucrados directamente.

El plan que idearon para mañana deja solo de guardia en la delegación al cabo Jasón, quien estará toda la noche al pendiente y los demás se marchan a sus respectivos hogares para tratar de descansar, ya que se les avecina una brutal batalla en los dominios de la bruja.

El padre Rafael y Montero se van juntos a la casa del comisario, una vez allí deciden cenar un poco y dormir de inmediato para estar preparados a la lucha que tendrán mañana. El cura menciona que mañana tratará de pasar el día investigando sobre la bolsa de cuero con el polvo de color púrpura que han encontrado en el ataúd de la bruja (cosa que el guardo dentro de su maleta con las pertenencias religiosas que posee), aunque menciona que antes lo había intentado sin éxito, aun así lo volverá a hacer.

Don Luis cuando llega a su hogar encuentra una vez más molesta e inquieta a su familia, su esposa e hijo le reprochan nuevamente por lo que hace, casi tratan de suplicarle que deje de andar con el padre Tomas, ya están cansados de esa situación. Él se defiende diciéndoles que lo que está sucediendo es por el bien de todos los pobladores de Cainita y sus visitantes; su esposa e hijo no lo comprenden y lo dejan solo en la sala donde estaban cenando.

El padre Tomas llega a la iglesia y es recibido por el padre Darío, quien no tiene sospecha alguna de lo que están haciendo a sus espaldas, al contrario, sus pensamientos siguen enfocados en tratar de descubrir dónde y de quien escucho antes el nombre de Richard, eso lo sigue manteniendo muy alerta y preocupado haciendo que ignore y se distraiga de todo lo demás. Poco tiempo después de la llegada del padre Tomas, ambos cenan y posterior de terminar se disponen a dormir.

Ya son horas de la madrugada, el padre Tomas duerme tranquilo en su cama cuando escucha de pronto la risa cruel de la bruja "Jijijijiji", eso lo hace despertarse en medio de la oscuridad de su habitación y rápidamente observa que ella está de pie sobre su cama y lo mira fijamente con sus ojos enrojecidos por la ira, del susto el joven cura pega un brinco mientras el sudor moja todo su cuerpo.

El padre Tomas tiembla de miedo al creer que la bruja estuvo sobre su cama y lista para acabar con su vida, ahora mismo no sabe distinguir si su presencia allí fue real o producto de un sueño. Pocos segundos después logra tranquilizarse, pasa sus manos por el rostro y decide sentarse en la cama, luego de eso le es imposible conciliar el sueño nuevamente, el temor de su aparición fue muy estresante.

Dentro de la iglesia también el padre Darío se encuentra dormido, sin embargo logro escuchar la risa desalmada de la bruja "Jijijijiji", eso lo hizo despertarse muy angustiado y por fortuna para él no observa nada extraño en su habitación, razón por la cual decide salir como suele hacerlo en las madrugadas para ir al baño. Luego, cuando regresa a la oscuridad de su habitación al tratar de ingresar por la puerta queda inmóvil al presenciar la imagen de la bruja, quien lo mira directo a los ojos con su acostumbrada ira notoria, después una brisa muy fría le hace cerrar la puerta y cuando el sacerdote la abre nuevamente, ya no está allí el ánima maldita.

LA BRUJA II "LA MARCA DE LA MUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora