Capítulo 11 - La llamada

100 16 359
                                    

En la iglesia del pueblo de Cainita el padre Tomas luego de escuchar del padre Darío los terribles relatos que sucedieron en 1968, cuando este llegó a la región ya no tiene dudas del poder que ejerce la bruja y toda su cruel maldad, en especial ahora que ha sido testigo de las atrocidades cometidas por la entidad del mal, así que ni siquiera cuestiona un poco lo narrado por su mentor; sin embargo considera ahora más que nunca necesaria hacer la llamada al padre Rafael en la ciudad del Vaticano.

El padre Tomas quiere darle una última oportunidad al padre Darío para hacerlo participe de la llamada, está convencido que debe comunicarle al padre Rafael todo lo que conoce ahora de la bruja, sabe muy bien que de momento no están en la capacidad de detener al espectro maligno y es por eso que se ha vuelto prioritaria hacer la llamada, se necesita tener más conocimiento de una fuerza malévola como esa, ya que por desgracia tampoco cuenta con la experiencia en ese tipo de cosas.

El padre Tomas hace un esfuerzo más para convencer al padre Darío.

El padre Tomas: Casi en ruego y suplica. —Por favor padre permítame hacer la llamada al padre Rafael, las únicas personas en este pueblo que afrontamos la realidad con la bruja somos nosotros dos, además del comisario Montero, el cabo Jasón y Don Luis, parece que a más nadie le importa lo que sucede, todos los que estamos involucrados queremos hacer algo para detenerla excepto usted que se niega a intentarlo.

El padre Darío: Exaltado. —Hijo, pero tú acaso no acabas de escuchar todo lo que te he dicho que sucedió cuando llegue a este pueblo, no viste y presenciaste hace unos instantes con tus ojos lo que es capaz de hacer la bruja, eso fue algo muy espantoso, nunca vi antes que cubriera los cuerpos con sus plagas, he visto durante varias décadas un montón de cosas horribles por su culpa. Te diriges aun camino muy peligroso y sin retorno.

El padre Darío ya está considerando que fue una mala idea solicitar aun sucesor tan joven, piensa que el ímpetu por su corta edad e inexperiencia hace que el padre Tomas crea en la posibilidad de enfrentar y detener al espectro maligno.

Después de dejar la camioneta de la policía en la comisaria de Cainita Don Luis llega a su casa, su esposa María Rosa lo espera con su hijo Luis junior y no lo reciben amistosamente, al contrario, encuentra a toda su familia molestos y muy preocupados, particularmente su pareja desea hablar a solas con él.

María Rosa: Muy enojada. —¿Por qué sigues haciendo lo que no debes? ¿Acaso tú no quieres escucharme? Deja los asuntos de la iglesia a los padres y deja los asuntos de las autoridades de Cainita al comisario Montero y al cabo Jasón, tú no tienes nada que ver con esa cosa (la bruja).

Don Luis: —Mujer no estoy haciendo nada malo solo quiero tratar de ayudar, este mal que atormenta a nuestro pueblo debe ser detenido, ¿no te gustaría qué la vida aquí fuera distinta?

María Rosa: Sigue enojada. —Por supuesto que sí, pero eso no es posible, a ti parece que se te olvidan las cosas que han pasado.

María Rosa: Ahora cambia su estado de ánimo a tristeza. —Yo era una niña muy pequeña, a pesar de eso recuerdo muy bien cuando vi a mi hermano mayor sobre la mesa, sus ojos estaban marcados con ese extraño brote de color púrpura.

María Rosa: Mientras habla comienzan a caer lágrimas de sus ojos. —Algunas personas decían que lo tuvieron que desenterrar de la parte de atrás de la casa de la bruja, que la mitad de su cuerpo se encontraba bajo la tierra, otros dijeron que lo encontraron de pie como si estuviera convida aún. La verdad es algo que nunca sabré.

Don Luis: Conmovido. —Lo siento mucho mi amor, la muerte de Brandon sé que fue algo muy difícil de soportar para ti; es por eso que algunas personas queremos intentar hacer algo, aquí nadie quiere que otros sigan sufriendo, no estamos corriendo ningún riesgo y no te preocupes por mí.

LA BRUJA II "LA MARCA DE LA MUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora