Capítulo 15 - Se implora por ayuda

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En la estación de jefatura del pueblo de Cainita el comisario Montero escucho toda la plática entre los sacerdotes, el padre Tomas no tiene que darle muchas explicaciones de la llamada ya que sabe que está muy consiente de todo, solo le menciona que se acerca el momento de la venida de auxilio del padre Rafael.

Al comisario Montero le incomoda un poco saber que el padre Rafael vendrá muy pronto a Cainita pero no es eso lo que mayor inquietud le causa, sino la mentira de haber procedido a espaldas del padre Darío, por lo que tendrá que darle explicaciones cuando se presente ese desagradable instante.

El padre Tomas le sugiere que converse con su amigo Don Luis primero y quizás entre ambos puedan hallar una forma más respetuosa de decírselo una vez llegado el momento, además piensa que debe igual hablarlo con su amigo y luego con el padre Darío con quien sería una conversación mucho más difícil de tener.

El comisario Montero si cree que debe hablar con su amigo Don Luis primero, aunque también piensa que no será una conversación fácil ya que no suelen tenerse ese tipo de secretos tan importantes.

Llego el momento de salir de la delegación para el padre Tomas, rápidamente observa el cambio de clima y le pregunta al comisario, quien lo acompaño hasta la calle.

El padre Tomas: —¿Cuándo se oscureció el cielo de esa forma?

El comisario Montero: —Casi al final de la llamada que estabas teniendo con el padre Rafael.

Ninguno volvió a comentar una sola palabra pero sin duda suponen que la llamada pudo propiciar el cambio del clima en el ambiente, se percibe una vez más una sensación de zozobra en las calles. El padre Tomas se dirige a la iglesia de Cainita nuevamente mientras que el comisario Montero regresa a la delegación.

Pasaron unas horas en el pueblo de Cainita y en su transcurrir una ligera llovizna se hizo presente, en ese tiempo dentro de la iglesia los padres conversan por eso.

El padre Darío: Angustiado. —Otra vez volvió a cambiar el clima ¿Qué será lo que está sucediendo con esa ánima maligna? ¿Por qué no termina de parar y tranquilizarse?

El padre Tomas: —Padre, de verdad cree que todas las veces que llueva por aquí sea producto del espíritu maligno.

El padre Darío: Aun inquieto. —Hijo, ojala no se trate de ella pero en esta época del año no suelen haber lluvias por aquí, igual volví a percibir la sensación de que cosas malas están por suceder nuevamente, es algo a lo que te acostumbras y anticipas después de tantos años aquí, con el tiempo puedes sentir en tu mente y en tu cuerpo lo que está por ocurrir.

El padre Tomas: Muy sereno. —Como usted siempre dice hay que esperar que las cosas cambien y se tranquilicen, tal vez en este momento solo sean unas nubes pasajeras que causan la leve llovizna, no podemos permitir que el espectro maligno gobierne todos nuestros pensamientos.

El padre Darío: Ahora sorprendido. —Parece que se intercambiaron nuestros roles, ahora eres tú quien me pide tranquilidad a mí, quien lo diría, parece que te estas adaptando ya a este lugar, me parece muy bien esa actitud, es mejor pensar en cosas positivas.

Sin embargo el padre Tomas siente en el fondo de su ser mucho temor ya que sabe que ha estado actuando a espaldas del padre Darío; además también tiene miedo de que la bruja vuelva a atacar por culpa de sus llamadas con el padre Rafael a la ciudad del Vaticano.

La noche se hizo presente en el pueblo de Cainita y la llovizna se intensifico a tal punto que ahora se convirtió en una lluvia muy fuerte, en la carretera principal se estaciona un auto en el lugar donde se encuentran los locales abandonados, en el vehículo se encuentran dos hombres.

LA BRUJA II "LA MARCA DE LA MUERTE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora