LA BRUJA II "LA MARCA DE LA MUERTE"

Capítulo 14 - La libreta del padre Ignacio

En el pueblo de Cainita el clima parece estarse normalizando de una forma cálida y agradable, no obstante las agresiones recientes de la bruja mantienen las calles solitarias, el temor en la población es inmenso y cuesta mucho ver personas fuera de sus casas o de sus rutinas habituales de trabajo.

Han pasado un par de días desde la llamada del padre Tomas al padre Rafael en la ciudad del Vaticano en Roma, por los momentos se mantiene el secreto de ese hecho, la otra persona en el pueblo que conoce esa llamada es el comisario Montero, quien prefiere mantener al padre Darío y a su mejor amigo Don Luis alejados de la verdad.

Los cuatro han quedado en verse en la comisaria del pueblo, el comisario Montero volverá a llamar al señor alcalde del municipio El Piral y nuevamente le solicitara apoyo con una patrulla policial para bloquear la entrada al sendero prohibido, su intento en realidad es más para apaciguar y distraer al padre Darío y a Don Luis. Montero está convencido que la respuesta volverá a ser la misma.

Los sacerdotes llegaron a la delegación, el comisario los recibe con agrado y les ofrece café, todos toman la bebida mientras esperan la llegada de Don Luis, quien demoro unos cuantos minutos en llegar.

Don Luis sigue manteniendo problemas en su hogar con su esposa María Rosa y su hijo Luis Junior, ambos siguen cuestionando y reprochando su participación en las cuestiones de la bruja, no paran de explicarle que esos son asuntos de la iglesia y de las autoridades, su familia culpa al padre Tomas de todo esto.

Una vez que Don Luis llega a la comisaria le sirven una taza de café también. Él omite los inconvenientes que está teniendo en su hogar, no menciona nada de eso con sus amigos, le parece que ya la situación para todos es demasiado alarmante para además tener que agregarle los problemas personales con su familia.

Luego de unos minutos el comisario Montero decide llamar a la sede de la alcaldía del municipio El Piral, allí se comunica con el señor alcalde y al igual que hace dos días las respuestas son las mismas, se niega a enviar una patrulla que permanezca ubicada enfrente de la entrada al sendero prohibido.

El comisario Montero se despide y corta la llamada con el señor alcalde, les explica a los demás que la respuesta sigue siendo la misma y que no ha cambiado de parecer, que lo mejor sería pensar en otra solución para impedir que hallan más víctimas. El padre Darío se pronuncia de inmediato a la sugerencia de Montero.

El padre Darío: —Mientras esa solución no sea llamar al padre Rafael pueden contar conmigo, de lo contrario me sigo negando y no voy a dar mi permiso para hacer eso.

El silencio domino el momento en la delegación, el padre Darío no muestra señales de querer cambiar su parecer, luego decide irse de la estación de policía, mientras que Don Luis sale atrás de él siguiéndolo para hablarle y pedir su consejo por los inconvenientes que está teniendo en su hogar, ya que se le están haciendo muy frecuentes y quiere parar esa situación de inmediato, considera importante tener paz y tranquilidad con su familia.

Ahora que están solos en la delegación el padre Tomas y el comisario Montero, el sacerdote le indica que llego el momento de volver a llamar al padre Rafael a la ciudad del Vaticano en Roma, ambos concuerdan que deben hacerlo. Sin perder tiempo y aprovechando las idas del padre Darío y de Don Luis, más la ausencia del cabo Jasón en la comisaria, el padre Tomas llama de inmediato.

El padre Tomas le informa todo al padre Rafael sobre la conversación que tuvo con el padre Darío hace dos días, le repite todo lo que escucho que ocurrió en el pueblo de Cainita en el año 1975, le comunica todo los actos que hizo la bruja en aquellos años, le participa el pensamiento de necesitar saber el significado de la marca que hace a sus víctimas luego de asesinarlos, le explica que han encontrado a dos hombres sin esas marcas, que tenía razón sobre los símbolos porque si los hay y están en el establo donde además hay frascos que contienen cosas extrañas adentro.