Nian estaba temblando. Aunque eso era un eufemismo. En realidad su cuerpo se sacudía como si un huracán se hubiese establecido dentro de su departamento.
Veía su imagen en el espejo del baño y en lo único que podía pensar era en cómo había terminado en una situación tan descabellada.
Pasó saliva con pesadez por el collar de cuero negro alrededor de su cuello, y para asegurarse de que lo que estaba viendo no era una ilusión, se tocó las orejas de gato que tenía encima de su cabeza aseguradas con una diadema.
Su torso estaba descubierto una vez más, y de nuevo su desnudez solo era cubierta por ropa interior. Aunque en aquella ocasión también usaba unas medias altas que terminaban un poco más arriba de sus rodillas. Debido a que todo lo que usaba era negro, su piel se veía más pálida de lo que realmente era.
Apartó la mirada del espejo porque sentía que si continuaba mirando en cualquier momento iba a hiperventilar.
—¡Nian! ¿Aún te tardas? —Escuchó los golpes de Yohan a la puerta.
—Eh... no... ¡No, ya salgo! —respondió entre titubeos. Se llenó los pulmones de aire y luego de exhalar, salió.
Yohan silbó al verlo y se cruzó de brazos.
A diferencia de él, su amigo llevaba un pantalón de vestir y una camisa blanca arremangada hasta más abajo de los codos.
—Vaya, te ves... te ves bien.
Nian rodó los ojos porque no podía creer que Yohan le dijera algo como eso en serio.
—Nada más me falta la cola y esta humillación estaría completa.
Yohan ladeó una sonrisa.
—Bueno, la cola sigue en el armario, si te sientes listo para usarla es toda tuya.
—¡No! Ni de broma me pondré eso. —Se negó rotundamente.
—Vamos, anímate. Te vas a divertir.
—Permíteme dudarlo.
—¿Te sientes nervioso? —Prefirió preguntar al notar el jugueteo incesante de su amigo con las manos.
—Un poco, supongo.
—Ya me hiciste una mamada.
Nian se ruborizó pero se exaltó como en otras ocasiones. No tenía caso seguir insistiéndole a Yohan por un poco de control con su boca.
—Sí, pero no es lo mismo. A-ahora tú... bueno, vamos a... a hacerlo. ¿E-estás seguro?
—Por supuesto. —Yohan acunó el rostro de Nian en sus manos—. Me siento cómodo al saber que será contigo.
Nian se rio.
—Hablas como si fueras un virgen que está a punto de perder su pureza.
Yohan también dejó salir una corta risa.
—Eso es, suéltate un poco. Olvida que eres mi amigo y piensa en mí como... un chico de una noche, o un novio, un amante. Lo que te haga sentir mejor.
Nian definitivamente a favor de su cordura no pensaría en él como un novio o un amante.
—¿Te-tengo que hacer algo en particular? —Decidió preguntar, tragando el nudo en su garganta.
—Solo dejarte llevar y disfrutar. Esta vez lo vamos a grabar para que sea una especie de prueba así que no hay presión, pero ya sabes que después lo vamos a hacer en vivo.
—Bien...
—Oh, y por poco lo olvido, recuerda llamarme Han, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
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CAÓTICA DECISIÓN
Teen FictionEllos eran muy diferentes. Nian era un amante del arte abiertamente gay, con un estilo que muchos llamarían aburrido, pero que para él era clásico. Disfrutaba de pintar hasta altas horas de la noche, ansiando el día en el que le pudiera mostrar al m...