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—Y bueno chicos, eso ha sido todo por hoy. Sigan avanzando en sus proyectos, cada vez falta menos para el gran día.

Nian no pudo evitar que una tenue sonrisa se forme en sus labios ante la implicación de las palabras de la señorita Miranda.

Vio al resto de sus compañeros, igual de emocionados que él, recoger todas sus pertenencias para irse del salón que olía a pintura y arcilla.

La sala fue poco a poco quedando vacía.

También hizo lo mismo, pero ante de salir, la maestra se acercó a él con las comisuras de sus labios curvadas. Ella era una mujer hermosa, y su belleza se veía resaltada por su amabilidad y predisposición al momento de enseñarles. Ella trasmitía una energía bastante agradable. Nian lo había sentido de esa forma desde que la vio por primera vez.

Y pudo comprobar que estaba en lo correcto cuando ella se mostró tan dispuesta a luchar para que él y sus compañeros tuviesen una presentación digna de sus trabajos.

Además, al estar dentro de la industria del arte por tantos años, pese a que no podía pasar de los treinta de edad, contaba con un sinnúmero de contactos que podrían ayudarlos a despegar con su carrera.

Por ello Nian quería demostrarle que todo el esfuerzo que ella estaba poniendo valía la pena.

Era una forma de retribuirle por todo su apoyo incondicional.

—Fue una clase maravillosa, señorita Miranda. —Nian se adelantó a la maestra, quien recibió su elogio con una sonrisa.

—¿Te lo pareció?

—Por supuesto, todas sus clases son muy buenas.

—Te lo agradezco, Nian. —Ella ladeó un poco la cabeza, dejando que su cabellera oscura se moviera hacia un costado—. En realidad venía a preguntarte sobre lo que hablamos antes. ¿Estás seguro de querer cambiar tu proyecto, y de que podrás hacerlo en un plazo mínimo?

Nian frunció levemente el entrecejo.

—¿Hay un problema con ello?

—No, en lo absoluto. —Miranda trató de darle una expresión afable—. Ya les había dicho que pueden hacer cuantas modificaciones quieran, al final del día, ustedes son artistas y no voy a limitar sus visiones. Sin embargo, sabes de los problemas que tengo para conseguir el espacio en la galería, y es probable que cuando lo consiga no me den mucho tiempo para organizar todo. Es importante que sus trabajos estén terminados para entonces.

—Oh, no se preocupe, señorita Miranda. Lo tendré listo a tiempo para la exposición. No voy a quedarle mal.

—Así se habla, confío en ti y en tu talento, Nian. Logremos juntos que el mundo conozca tu arte.

Nian se sintió orgulloso de escuchar eso, y después de despedirse, salió del salón con un semblante alegre y una sensación agradable recorriéndole el cuerpo.

No terminó de salir del edificio cuando su teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón. Al sacarlo y verificar que se trataba de Yohan, la sensación agradable que había adquirido durante su clase fue reemplazada por la más absoluta incomodidad.

Aunque era un sentimiento que solo él estaba experimentando.

Luego de lo que ocurrió con Yohan, ambos hablaron al respecto.

Según su amigo no había motivo para que comenzaran a actuar extraño o dejar que las cosas se volvieran incómodas entre ellos.

Lo que hacían era por mero entretenimiento.

CAÓTICA DECISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora