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Nian se repitió que debía de considerar las cosas que aceptaba por parte de su amigo antes de decirle que sí a todo lo que este le propusiera.

Su pecho se movía con fuerza, y no dejaba de humedecerse los labios con cada segundo que transcurría. Estaba rígido en un rincón de la habitación.

Por otra parte, Yohan parecía estar bastante emocionado mientras ordenaba todo para que la transmisión quedara perfecta. Cámaras y luces que no hacían más que resaltar el calor del lugar.

Cuando todo estuvo listo, miró a Nian y le dio una sonrisa tranquilizadora.

—Todo va a estar bien.

Nian arqueó una ceja y vio el antifaz que estaba en la cama junto a un montón de cosas con formas extrañas cuyo nombre desconocía pero que iban a terminar dentro de su cuerpo. Y eso no era lo peor. A lo que más le temía era al par de esposas y a la fusta de cuero que Yohan prácticamente había puesto frente a su rostro cuando ingresó.

—Sigo un poco dudoso sobre todo esto... —Nian se frotó el brazo, sonando muy poco convencido.

Yohan le sujetó el rostro y trató de suavizar su expresión.

—¿Confías en mí, verdad?

—Sí, lo hago, pero aún así... yo nunca he hecho nada de esto...

—Tranquilo, será divertido. Vas a disfrutarlo, y si en algún momento sientes que es mucho para ti, dímelo.

Nian se mordisqueó el labio inferior y asintió.

No lo iba a negar. Quería hacer eso con Yohan. Quería experimentar todo lo que pudiera con su amigo. Después de todo, lo que había entre ellos tenía fecha de caducidad.

Pero pese a ello no dejaba de intimidarse por todas las perversidades que Yohan proponía. Se preguntó si había hecho eso también con las mujeres con las que estuvo en el pasado, pero ese pensamiento solo lo amargó y lo desechó de inmediato. No importaba nada más. Él era el amante de Yohan en ese momento, incluso si solo era parte de una mentira.

—Ahora déjame ponerte esto. —Yohan tomó las esposas de la cama.

Nian estiró ambas manos en su dirección y dejó que su amigo lo inmovilice.

Aunque había cedido antes de pensarlo mucho, cuando Yohan le contó sobre lo que tenía en mente para esa transmisión, se quiso negar, pero antes de hacerlo, este le dijo que era lo más apropiado al ser la primera, debido a que no tendría que hacer nada.

Tan solo estar ahí y esperar que sea Yohan quien haga lo que sea con su cuerpo. Aquello implicaba muchas cosas, y Nian tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para que Yohan no descubriera lo mucho que le emocionó la idea, aunque llegado el momento, comenzaba a sentirse más nervioso de lo esperado.

—Te voy a cubrir los ojos ahora. —Yohan sintió la necesidad de ir hablando para que su amigo no se sintiera tan inquieto.

Podía ver cómo su pecho subía y bajaba con más rapidez de lo normal. Nian estaba, al igual que cuando grabaron el primer video, nada más que con ropa interior y unas medias altas. Lo único diferente era que en esta ocasión no llevaba las orejas de gato, solo un collar de cuero negro con una argolla gruesa de metal, con la cual Yohan controlaría sus movimientos de ser necesario. Este, por el contrario, vestía una camisa blanca de mangas largas y un pantalón de vestir, junto a su antifaz negro.

Nian estaría totalmente expuesto, privado de su libertad para moverse y de la vista, mientras que él tendría todo el control. Yohan no le dio muchas vueltas a la emoción que burbujeaba en su abdomen. Tampoco le prestó atención a la forma en que su miembro estaba tan duro incluso si ni siquiera había forzado alguna reacción.

CAÓTICA DECISIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora