Lo que no ves de mí - Juantin

13. Cambios de rumbo

El concierto había terminado hacía apenas unos minutos, y Martin todavía sentía el pulso acelerado y la música vibrar en su pecho, como un eco persistente de la adrenalina que corría por su cuerpo. Esta vez, los nervios no le habían controlado. Se había permitido disfrutar cada segundo, desde las primeras pruebas de sonido donde aprovechaban para hacer el tonto hasta los últimos gritos del público, compartiendo el momento con los otros bailarines y concursantes.

—¡Keeks! Dios mío —dijo el vasco, lanzándose a abrazar a Chiara, quien se echó a reír al tiempo que le rodeaba con los brazos.

En los últimos días habían comenzado a desarrollar un fuerte vínculo que se mantenía desde los ensayos hasta cuando cada uno estaba en su respectiva ciudad, pues la menorquina residía en Barcelona. Empezaron mandándose memes, pero pronto descubrieron amistad inesperada y sincera provocando que las conversaciones se tornasen más largas y profundas y que las videollamadas se convirtiesen en parte de su rutina. La joven lo entendía, parecía estar igual de abrumada que él respecto a los nuevos cambios de su vida, por un lado ella había pasado a estar en la escena pública y Martin trabajando en la compañía de danza más importante del país.

—Has estado increíble. Cuando has cantado Mía casi lloro, te lo juro. Ha sido super especial —añadió Martin aún abrazado a su amiga.

—You too, Marts —le respondió Chiara entre saltitos de emoción. —En Unholy... Wow... Si no fuese lesbiana... Dios mío, es que esa canción es demasiado hot. Y Juanjo besándose con Sol, ¿hola? Es que... es que... qué show.

Martin rio con ella, aunque su sonrisa se desdibujó un poco. Había visto en primer plano ese beso. De hecho, él había sido el bailarín que ocupaba la posición más cerca de Juanjo, lo lógico habría sido que fuera con él... pero Juanjo había decidido acercarse a Sol y darle un pico frente a todos, dejándolo descolocado en pleno escenario y entorpeciéndole en sus posiciones.

—Sí, bueno, ha sido... intenso, aunque por su culpa casi me pierdo en la coreo. Supongo que ha merecido la pena porque el público ha chillado como loco —murmuró, intentando parecer indiferente.

—Ahggggggg.

Ambos chicos se giraron riendo para ver cómo una Ruslana emocionada bajaba por las escaleras del escenario. La pelirroja emanaba adrenalina por cada por de su pequeño cuerpo y al verles la sonrisa se ensanchó y se echó en los brazos de ambos casi sin darles tiempo a reaccionar.

—¡Que fuerte, que fuerte, que fuerte!

—Hola Rus— dijo Kiki riendo al ver a su amiga en shock por el concierto.

Martin rio ante las interacciones de ambas chicas, la verdad es que le habían parecido super simpáticas desde que se habían conocido y si bien, era consciente de que Ruslana había intentado ligar con él, la chica había captado las indirectas y ahora parecía que simplemente tenía intención de ser su amiga. La pelirroja empezó a soltar frases sin sentido en un idioma que parecía inventado y desató las carcajadas de la menorquina, mientras que Martin se quedó mirándolas sin saber muy bien qué estaba pasando, aunque la escena lo divertía enormemente. Las benjaminas de la edición le trasmitían muy buenas vibras y sentía que al tener una edad parecida lo comprendían mejor que nadie y eso que apenas se conocían como tal.

—En la academia nos inventamos un idioma el ruskiano—le explicó Chiara— estábamos un poco delulu.

Martin rio y las miró con una ceja encarnada, definitivamente solo ellas dos podían haberse inventado un idioma propio en mitad de un concurso de canto frente a un montón de espectadores viéndolas por el canal 24h.

—Ya me han puesto al día un poco de las cosas locas que hicisteis en la academia, pero nadie me había dicho esto. Que fuerte, ojalá haber estado ahí para verlo en vivo y en directo.