19. Si antes te hubiera conocido

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Habían pasado tres días desde todo lo acontecido, tres días que se habían hecho infernalmente largos para Martin. Desde que Juanjo se había marchado de su habitación no había tenido noticias suyas y eso le dolía en el alma, pero lo entendía. Los comentarios en Twitter habían ido menguando si bien su móvil había seguido notificándole un montón de dm y solicitudes de seguimiento. Al parecer la gente seguía ansiosa por información para confirmar o desmentir todas las teorías. También se habían filtrado muchas fotos antiguas que tenía publicadas en otras redes sociales ya completamente en desuso. Esto último aumentó la ansiedad del bailarín, quien sin comerlo ni beberlo vio como toda su privacidad era tirada a la basura en pos de un buen cotilleo. Nunca antes había tenido que enfrentarse a problemas de ese tipo y no sabía cómo actuar, así que decidió no hacer nada al respecto, simplemente rechazaba las solicitudes conforme iban llegando, silenciaba los dm y terminó por desinstalarse Twitter. Tampoco publicó nada en Instagram por miedo a que sacasen cualquier cosa de contexto, incluso cuando ni él mismo sabía nada de Juanjo.

Aún no entendía como se había montado tal escándalo por una inocente fotografía. Si la gente supiese la verdad... ¿acaso se desataría una tercera guerra mundial? El pequeño estaba más asustado que nunca por todas las consecuencias que podía acarrear, pues no solo podría significar el fin de la carrera de Juanjo y Sofía, sino también la suya. Una carrera que apenas había hecho más que comenzar. El escándalo público en los días que corrían era sinónimo de la cancelación y eso podía cerrarle demasiadas puertas, especialmente ahora que seguía siendo completamente desconocido para la industria del baile.

Esa nueva normalidad abrumadora seguía resultándole extremadamente incómoda, pero sentía que gracias al apoyo de Ruslana aquella noche de domingo, así como las constantes videollamadas con Chiara habían hecho que lo pudiese sobrellevar con cierta calma impuesta. Aquella última noche de la semana anterior, Ruslana había permanecido abrazada al vasco mientras le consolaba, si bien sus consejos también le habían servido de mucho y es que la joven, al igual que el resto de sus compañeros del programa, también estaba aprendiendo a sobrellevar aquellos niveles de exposición al público por lo que la pelirroja le estuvo contando experiencias propias que hicieron que Martin enfocase la situación con esperanzas en que algún día no muy lejano los comentarios acallaran. Por otro lado, Kiki no se había quedado atrás, pese a estar completamente inmersa en la promoción de su nuevo EP, la menorquina siempre había encontrado un hueco para poder hablar con su amigo. Muchas veces, el chico sentía que lo único que necesitaba era escuchar las voces de sus amigas, fingir normalidad, y por un rato olvidar todo lo que se especulaba en redes sociales. Aquellos momentos, eran los que en cierto modo más paz le habían conseguido traer, y pese a que las Ruski habían intentado volver a tocar aquel tema espinoso con el fin de tratar de calmar la situación, mediante algún comunicado o alguna publicación con otra persona para que se olvidasen de Juanjo, Martin había decidido ignorarlo. Sabía que un paso en falso podría volver a desatar el caos que se había generado y no estaba preparado para ello, por lo que dejó que el maño fuese el que se encargase esta vez de llevar las riendas de las publicaciones en redes sociales a fin de dejar las cosas claras con indirectas. A fin de cuentas, este tenía mucha más práctica al respecto, pues desde que había salido de la academia se había encargado de hacerlo. En ese momento, Martin únicamente deseaba sentirse de nuevo como cualquier chico normal.

El lunes el resto de los bailarines le habían recibido con aparente normalidad, nadie se había atrevido a comentar absolutamente nada acerca de lo sucedido, si bien Martin era plenamente consciente de que todos estaban al tanto pues pese a sus intentos de actuar como si nada, se había instalado una ligera tensión en todas las conversaciones que no le estaba gustando lo más mínimo, en ocasiones era sofocante. Aguantar aquellas miradas de pena por los comentarios e insultos que circulaban por Twitter o el hecho de no atreverse si quiera a sacar aquel tema le ponía enfermo y era un constante recuerdo de que su vida había dado un giro inesperado en las últimas 24h. Pol había sido el único que se había atrevido a sacar el tema, el bailarín le había invitado el martes a comer a su casa tras terminar de ensayar, para que así Martin no tuviese que pasar la pausa de la comida solo con sus pensamientos en un frío parque de Madrid. No había tenido ocasión de hablarlo con él, pero le preocupaba su estado de ánimo. Había visto al vasco mucho más apagado de lo normal, solía mantenerse al margen de todos como si estuviese perdido en su cabeza, Pol veía al pequeño completamente desorientado y quería ayudarle en todo lo que estuviese en su mano, aunque fuese únicamente a aparentar la mayor normalidad posible, a que se desinhibiese de sus pensamientos por un par de horas.

Lo que no ves de mí - JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora