Lo que no ves de mí - Juantin

10. Todo el autocontrol

Martin volvió a Madrid tras pasar el resto del fin de semana con su familia y amigos. Tras el concierto todos pusieron rumbo a su casa en Getxo y estuvieron hasta las tantas hablando de lo increíble que había estado. Aún le costaba asimilar como en cuestión de meses le había cambiado la vida y se sentía más que agradecido por las oportunidades que le estaban surgiendo. Tanto sus padres como sus hermanos habían mostrado en contadas ocasiones ese par de días lo orgullosos y felices que estaban por él por lo que volvió a la capital con las pilas recargadas a excepción de un ligero pensamiento intrusivo que llevaba carcomiéndole desde entonces. Arrate se quedó a dormir con él esa noche y aún recordaba la conversación que había tenido con ella entre susurros y la oscuridad de su habitación. Esta se le había quedado grabada a fuego en su mente y no podía evitar darle más y más vueltas.

—¿Qué ha sido lo de antes?—preguntó la vasca con una sonrisa pícara grabada en el rostro.

—No sé a qué te refieres—dijo Martin tratando de hacerse el loco, pero siendo plenamente consciente de a qué se estaba refiriendo su amiga.

—Lo sabes perfectamente. Puedes disimular delante del resto, pero a mí no me engañas —hizo una pausa para ver si su amigo decía algo, pero al ver que no lo hacía siguió hablando entre susurros. —Ese chico, Juanjo, es el de la fiesta... Dijiste que había sido una noche muy especial pero que no le volverías a ver y ahora te veo salir del BEC con él, muchísimo más tarde que el resto y con una sonrisa boba pegada a la cara.

—Arrate...

—No Martin, me has estado ocultando demasiadas cosas desde que te has ido a Madrid y como tú mejor amiga exijo saber qué está pasando. María me dijo que estaba liado con una del programa.

Martin suspiró pesadamente pero se limitó a asentir mientras abrazaba a Arrate.

—Está saliendo con Sofía sí. Mira no te he dicho nada porque es muy complicado, la cosa es que no sabía que estaba con alguien cuando pasó lo de Bilbao, nunca hubiese hecho nada de saberlo... y bueno cuando me enteré de que tendría que trabajar con él casi le mato—trató de contarle la versión más sincera que pudo, si bien tuvo que ocultarle ciertos detalles. Sabía que podía confiar en Arrate, pero después de todo lo que había sucedido tampoco quería faltar su promesa a Juanjo.

—No parecía que os odiaseis cuando habéis salido... Mira Martin después de lo de Hugo lo único que quiero es no verte sufrir, no sé qué te traes entre manos con Juanjo, pero por favor sea lo que sea ves con cuidado. No quiero que seas el otro de nadie—musitó apenada al ver que su amigo no le estaba contando toda la verdad.

—Habló conmigo para explicarme las cosas hace unos días y... bueno solucionamos nuestras diferencias. De verdad Arrate que aprecio mucho lo que dices, pero estaré bien. Estamos intentando ser amigos, nada más.

—He visto como le miras... Como tenías los ojos iluminados cuando hablabas con él como si todo lo de afuera no te importase. Martin sabes tan bien como yo que esto no puede acabar bien, solo ves con cuidado ¿vale?

El corazón de Martin comenzó a latir desbocadamente, no podía haber sido tan obvio, ¿no?, ¿acaso lo habría notado también el maño? De pronto sintió el pánico agolparse en su interior, no quería sentir nada por Juanjo, no debía sentirlo más bien. Ambos estaban tratando de ser amigos, si bien no podía pasar por alto la gran tensión sexual que había entre ambos, pero aunque él nunca había estado interesado en tener amigos con derecho, las cosas podían cambiar, ¿no? Nada tendría por qué salir mal, la gente lo hacía todo el tiempo y no salía mal parada de ello si había buena comunicación de por medio, aunque muy en el fondo una vocecita no paraba de recordarle que todo estaba condenado al desastre.