013: The Cat

1.2K 129 71
                                    

Cuando abrí la puerta del departamento, me detuve en seco al ver la ropa de Francis tirada en el suelo; esta manchada en sangre.

-¿Qué demonios?

Cierro la puerta tan rápido que la casa se mantuvo a oscuras. El olor a cigarrillo me lleva hasta la sala de estar y, sobre mi sillón, se encontraba el doppelganger completamente desnudo mientras terminaba su segundo cigarro.

No soy capaz de decir nada y, con cuidado, me quito la chaqueta para ponérsela sobre el torso y tapar sus genitales.

-Llegaste-hay algo en sus ojos, no puedo decifrarlo Pero, pareciera casi ser una preocupación-, ¿Estás herida?

Se levanta sin importarle el simple hecho de estar desnudo y se acerca rápidamente para plantarme un beso. Sus labios se encuentran con los míos, y de inmediato, un sabor metálico inunda mi boca.

El beso, lento y pasivo, tiene un sabor extraño y perturbador. El sabor metálico de sus labios me recuerda a la sangre, ese mismo sabor que impregnó el aire cuando el doppelganger fue neutralizado. Trato de no retroceder, pero no puedo evitar que una oleada de desconfianza y miedo atraviese mi mente.

Me separo suavemente y, mirándolo atónita, me doy cuenta de que su brazo izquierdo sangraba de una herida profunda que pronto comienza a regenerarse por sí sola.

-¿Fuiste tú, no es así? ¿Tú atacaste a esa cosa?

-¿Tú cómo estás?-me volvió a preguntar, está vez con un tono de preocupación en su voz.

Retrocedí.

Al separarme, todavía con el sabor metálico en la boca, no puedo contener la rabia y el miedo que han estado acumulándose durante todo el día.

-¿Estás loco? -le digo en voz baja pero firme, consciente de que no podemos permitirnos levantar sospechas-. Te expusiste al peligro de atacar al monstruo. ¿Qué pasaría si alguien te descubriera? Podrían matarnos a los dos si se enteraran de esto... De nosotros.

Francis me mira con ojos encendidos de frustración. -¡Yo asesiné a uno de los míos por ti! -espeta, sus palabras resonando en el pequeño espacio.

Me quedé sorprendida por un momento, sus palabras perforando la capa de calma que trataba de mantener. Sin embargo, la indignación rápidamente reemplaza mi asombro.

-Tú escogiste esto -le respondo, tratando de mantener mi voz baja y controlada-. Me obligaste a estar a tu lado amenazando con asesinar a cualquiera que se me acerque. Así que no trates de culparme.-mi respiración se vuelve más pesada mientras continuo-. Si realmente te importara tu especie, no estarías conmigo. No te arriesgarías de esta manera.

Francis da un paso hacia atrás, sus ojos aún llenos de furia, pero también de algo más, algo que podría ser dolor o arrepentimiento. La tensión entre nosotros podría cortarse con un cuchillo, un recordatorio constante de la fragilidad y peligrosidad de nuestra situación que, después de todo, no era nada normal.

Finalmente, rompe el silencio con un susurro frío y distante-. No puedo evitarlo. No entiendo qué me sucede... No entiendo-dice, su voz carente de emoción humana-. No comprendo estos... ¿Sentimientos? Cómo le llamen ustedes, los humanos. No sé por qué necesito tenerte a mi lado todo el tiempo, ____. No sé qué me está pasando.

Sus palabras, aunque dichas sin el calor de una verdadera emoción humana, me golpean con fuerza. La confusión en su voz revela la lucha interna de un ser que, pese a su naturaleza, se encuentra atrapado en una red de sentimientos que no comprende ni puede controlar.

Nos quedamos en silencio, la tensión entre nosotros es notoria mientras trato de asimilar la complejidad de nuestra situación y las implicaciones de sus palabras.

bloody strawberries (Milk Man y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora