014; El Humano.

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Los humanos eran muy poco cuidadosos, en especial el humano "Francis", quién había dejado la ventana de su apartamento abierta, permitiéndole a cualquier ser entrar e irrumpir su espacio por lo que, mientras cruzaba por el balcón, sentí el olor.

Lo primero que se sintió entrar a la habitación fue ese asqueroso aroma a humano invasor. Me quedé estático, como una roca detenida viendo lo que sucedía ante mis ojos; aquel hombre no era más que un ladrón, Y esa mujer una hermosa probada de la lujuria humana, ese cuerpo, esos ojos, esos labios.

Besando a otro.

Mi cola se movía al compás de los sonidos provenientes de los humanos, mientras los veía tener sexo frente a mi. Ciertamente tenía una punzada en el pecho, deseaba apuñalar cada parte del cuerpo de ese lechero, cada vena, cada pierna, y si pudiera, hasta comería sus ojos y haría su sangre vino tinto. Pero la curiosidad parecía detenerme, verlo a él era verme a mí; me estaba viendo tener sexo con ___.

Así nos veíamos. Que belleza.

Me acerco por debajo de la cama, aún como un inocente felino, olfateando el vestido tirado en el suelo con olor a alcohol. El pantalón de el tipo y su camisa con el mismo olor delator. Me subí sobre el estante, mientras recreaba los sonidos de ___, viendo como una figura a la que le copio la forma se lo encajaba una y otra vez y ella parecía disfrutarlo.

—¿Está bien así?

—Si... Sigue así.

Aquellos diálogos me provocaban una sensación extraña, ¿Por qué el le preguntaba si estaba bien? Yo nunca le pregunté y, sin embargo, gritaba mucho más fuerte que ahora.

Tengo ganas de hablar, o maullar, soltar un ligero "miau" con tal de ver su reacción, de que vea que la estoy observando Pero al parecer está demasiado borracha como para ver más allá del hombre que se lo metía. Me quedé viéndolos durante un largo rato, quizás unas horas, hasta que ella cayó rendida sobre los brazos del hombre. Me bajé del mueble, meneando mi cuerpo felino hasta subirme a la cama, en dónde me acerqué a ella, viéndola dormir plácidamente.

—Tienes mucha resistencia.—murmuré.

Levanté una pata, con la intención de despertarla, pero aquel hombre pasó uno de sus enormes brazos por sobre el pecho de ___, impidiendome acercarme.

Di un vistazo rápido a la casa, horrenda. Al parecer un humano muy descuidado vivía aquí. Volví la vista hacia los dormidos, observando atentamente. Cubiertos por media sábana anaranjada, ___ sumida en el suelo profundo, con un brazo sobre el otro y Francis tomándola por la cintura con una mano y, con la otra, sosteniendo su pecho, atrayendola hacia él.

Aún sobre la cama, observaba a través de mis ojos felinos el rostro dormido de ____. Su respiración era suave y rítmica, pero un leve movimiento la despertó.

Abrió los ojos de golpe, la sorpresa evidente en su mirada al verme. Se levantó rápidamente, tratando de no hacer ruido. Observé cómo tomaba su vestido del suelo y se lo ponía con movimientos apresurados. Luego, se inclinó y me recogió en sus brazos.

—Demonios... L-lonnie —susurró, aunque no era necesario. Sabía lo que debía hacer.

Mientras me llevaba en brazos, salimos de la habitación y caminamos hacia la puerta principal del apartamento. La abrió lentamente, cuidando no hacer demasiado ruido. El edificio estaba en silencio, lo cual era un alivio.

Cruzamos el pasillo hasta la puerta nuestro propio apartamento. Al entrar, me dejó en el suelo y cerró la puerta tras de sí, con cuidado.

—Quédate aquí —me dijo en un susurro.

bloody strawberries (Milk Man y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora