El héroe

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—Yo nunca nunca he besado a mi hermano —las gemelas se vieron entre ellas y tuvieron que tomar.

—Yo nunca nunca he dejado secar el agua por estar sumergida en la lectura —la punta fue directa hacia mí por lo que tuve que beber un trago, era cierto que eso me había ocurrido y como ellas lo sabían lo estaban usando en mi contra.

—Yo nunca nunca me he escapado de la casa para verme con alguien —todos tomamos, incluso Ava una chica de nuestro salón quien pensé que era una santa paloma y ya había tomado hasta cuando mencionaron un trío.

—Yo nunca nunca me he ligado a alguien por una apuesta —los ojos de Amelia se clavaron en Jess y pude ver cómo se tensó mientras le dedicó una mirada llena de odio, era claro que la quería provocar—. Bebe —dijo sin quitarle la vista de encima.

Jess se levantó furiosa y se fue, por lo que me puse de pie para buscarla, intenté correr atrás de ella, pero se perdió entre la gente, aparte que el alcohol ya había hecho efecto por lo que ya estaba dando traspié y casi me caigo.

—¿Viste a Jessica? —le pregunté a Michael quien se encontraba al pie de la escalera conversando con una chica, este volteó a verme de inmediato.

—No lo sé linda —me dedicó una sonrisa—. Preguntale a Olivia, creo que la vio.

—Gracias —caminé lo más rápido que pude hacia Olivia quien se encontraba tumbada en un sofá.

—Hola Oli ¿Viste a Jessica?.

—Creo que subió al piso de arriba.

—Gracias —le dediqué una sonrisa y me fui en dirección a las escaleras, subí el primer escalón aferrada a la baranda, ya veía huecos en el piso y la cabeza me daba vueltas.

Cuando llegué arriba caminé por el pasillo y le pregunté a varios por ella, me dijeron que no la habían visto.

Al final de aquel lugar había un balcón, entonces me dirige hacía este ya que a lo mejor podría verla desde allí.

Aquel balcón tenía un muro muy chiquito estaba apenas en construcción, pero no me importó, me escoré de este para poder ver mejor, pero el alcohol me tenía la vista nublada, razón por la que me incliné más y en cuestión de segundos me fui hacia adelante.

Iba a morir si pegada contra el suelo, por lo que cerré mis ojos con fuerza. El alcohol y el miedo hicieron que sintiera que caía en cámara lenta, el corazón se me iba salir del pecho.

Voy a morir —pensé aterrorizada.

Cuando creí que ya me golpearía y moriría, algo amortiguó mi caída.

—¿Llegué al cielo? —pregunté al encontrarme con unos ojos hermosos y brillantes como las estrellas de aquella noche.

...

Me encontraba en un sueño profundo, pero las puntadas en mi cabeza me hicieron despertar, abrí los ojos y me encontré en una amplía habitación con varias camas, a mi lado estaban las gemelas y Aiden, los tres durmiendo plácidamente.

Deje de observarlos, pasé por encima de ellos y me puse de pie con cuidado para no despertalos, busque con la mirada a Jess recordando que en la madrugada la estaba buscando.

Estaba en la cama del lado enrrollada con las sábanas, era evidente que tenía frío.

Seguí recorriendo aquella habitación con la mirada y me di cuenta que aparte de nosotros allí se encuentra alguien más, un chico, estaba acostado en otra cama al lado de Jess, me dio curiosidad por lo cual me acerque, se encuentra boca abajo, solo pude notar que era muy alto ya que sus pies sobresalían de la cama, su vestimenta era casual y completamente de negro.

—Es el chico nuevo —escuché la voz de Aiden y me sobresalte.

—¿Quieres matarme? —voltié a verlo, ya se encontraba de pie.

—La que quería matarse eras tú ayer —dijo con sarcasmo mientras se acomodaba en un sofá—. Mejor dicho nos ibas a matar a todos de un infarto.

—Pensé que era un sueño.

—No lo fue —rió—. Hoy me estoy riendo, pero si te hubiese pasado algo no se qué sería de mi, no sé cómo estuviera en éste momento —su tono triste me hizo sentir mal—. Tienes terminantemente prohibido emborrarte de esa manera —abrí los ojos como platos al escuchar, estaba hablando muy enserio.

—Pero...

—Pero nada, no puedo permitir que te pase algo.

—Gracias por preocuparte —me acerque y me tiré sobre el abrazandolo, este respondió al gesto.

—De verdad Sophi —me miró a los ojos llamando mi atención—. no te vuelvas a emborrar de esa manera, ni hacer locuras —hizo silencio por unos segundos—. si no hubiese sido por el chico nuevo que te atrapó, hoy no estarías aquí.

—¿El chico nuevo? —me sorprendí, no lo podía creer.

—Si el chico nuevo, por suerte estaba cerca y fue ágil para atraparte.

De pronto noté que aquel chico se removió en la cama y se sentó lentamente, pero no pude ver su cara ya que estaba a espalda de nosotros, tenía la necesidad de saber quién era y más después de haberme salvado la vida.






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