t w e n t y t w o

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  —continuar insistiendo, no hace más que retrasar las cosas. como te acabo de decir, mañana hablaremos. 

 y, frustrado de todo, me volteé en mis talones y fui en dirección a mi auto. 


(...)

—buenos días—saludé mientras dejaba mis libros en el lugar que correspondía. los presentes en el salón gruñeron en respuesta, pronto caminando a sus asientos, debido a que estaban dispersos en el salón—. que buen ánimo tienen hoy mis estudiantes de último año—exclamo con sarcasmo. estoy a punto de voltearme a escribir algo en el pizarrón, cuando la voz de alguien en el fondo del salón, me detuvo.


—profesor hemmings, ¿a que se debe su cambio de luke?—su juego de palabras no hizo más que provocar carcajadas en todo el salón. rodeé los ojos y les entregué una sonrisa tensa.

—jajá— el sarcasmo se hizo una vez más presente. los estudiantes entendieron y aclararon sus gargantas, incómodos. cuando el silencio se instaló otra vez en el salón, volví a hablar con tranquilidad—. apuestas con los amigos joseph, ahora pasaré asistencia y comenzaremos con la clase de hoy —bajo mi vista y leo con atención el libro que el director nos estrega todas las mañanas—. ¿simon arthur?—levantó su mano cuando pronuncié su nombre —. ¿sophia benson?—repite la acción que su compañero—. ¿ashley binsen?—la chica voluminosa sentada frente a mí, levantó su mano y bufé mentalmente—.¿justin campbell?—el pelirrojo de los últimos asientos gruñó en respuesta y rodeé los ojos ante su falta de respeto, aunque la pasé por alto—. ¿austin corthis?—el muchacho levantó su mano sin quitar la vista del teléfono. se lo quitaría en algún momento de la clase—.¿michael cli...?—levanté mi mirada rápidamente, un poco alarmado porque él no había cumplido su maldita promesa, ya que el lugar que le correspondía, estaba vacío—. ¡comiencen a leer el capítulo 13 de jane eyre!

los rostros de los estudiantes eran lo que menos me importaba. tomé mi teléfono y salí del salón, conociéndolos tan bien que sé que no leerían lo que les ordené, pero no me importaban en lo más mínimo ellos, o bueno, en este instante no lo hacían.

—no michael, no me hagas esto por favor.

colorcidio |muke clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora