《epilogue》

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—¡no están!

la voz de luke se escuchó por todo el apartamento. michael suspiró para evitar soltar un gruñido y vio debajo del sofá, luego en el refrigerador y por último, en el inodoro por si acaso.

—¡aquí tampoco!—respondió en un grito michael, pensando que luke estaba lejos del baño, pero este estaba en el corredor, en el umbral de la puerta.

—dudo que estén en el inodoro —susurró con burla el rubio, sacando la lengua, a lo cual michael rodeó los ojos cansado y salió del baño tras él.

—que estaban en la ducha la última vez—michael se excusó y luke negó divertido hasta cambiar su expresión,

—no, la última vez estaban en en mi almohada...dios, esta niña es tan desordenada—gruñó el rubio masajeando sus sienes.

—oh profesor hemmings, no sea capaz de hablar así de mi hija—michael comentó mientras caminaba por el corredor de su apartamento, buscando con atención donde podría estar el objeto perdido.

luke, cada vez que veía la sonrisa de michael se sentía en paz, feliz y todo, solo por el hecho que michael lo era.

cuando la graduación ocurrió, por obvias razones, luke quedó sin trabajo por tener una relación amorosa con un estudiante, aunque michael era mayor de edad. se mudaron a perth, un nuevo trabajo de luke y la universidad de michael estaba cerca del apartamento que ambos compartían.

así los años pasaron. 7 años más tarde, con ambos trabajando, estaban buscando las pequeñas zapatillas de ballet de su hija violet, quien fue traída al mundo gracias a un vientre de alquiler.

la pequeña de 3 años, era un torbellino. no practicaba ballet pero, lo ansiaba con todo su corazón. luke había comprado un par de zapatillas para su cumpleaños, un mes atrás y la niña nunca más se separó de ellas, o bueno, solo cuando las perdía.

el estruendoso llanto se escuchó por el apartamento y michael rompió el contacto visual con su pareja. se volteó y caminó hasta la habitación de violet, donde antes de llegar, la puerta se abrió y la rubia abrazó sus piernas llorando.

—se las llevó un duende—lloriqueó.

aunque haya sido una cosa tan insignificante la causa de las lágrimas de su hija, a michael le rompió el corazón las ganas con las cuales lloraba por la angustia de no encontrar las zapatillas de ballet. la cargó y ella abrazó por el cuello a su padre.

—bebé, los duendes no existen—michael la tranquilizó acariciando su espalda. violet pronto comenzó hipar a causa del llanto—. debes mantener la calma, las encontraremos. lo prometo.

luke veía la escena con su corazón comprimido. michael era un excelente padre, no había duda alguna en ello. era el hombre perfecto según sus ojos. una buena persona, un buen padre y un gran amante.

—si no las encontramos podemos ir por unas nuevas cariño, debes tranquilizarte. podemos solucionar esto—luke dijo acercándose a su hija y michael. sacó el cabello de su rostro y limpió sus lágrimas con los pulgares.

michael cargó a violet en su espalda y ella se aferró a él  como acostumbraban. comenzaron a buscar otra vez bajo cada una de las camas, en el refrigerador, la ducha, la máquina lavaplatos, la despensa de comida, los armarios, detrás de los televisores y nada.

violet comenzó a desesperarse otra vez y luke la cargó para tranquilizarla antes que llegara a las lágrimas.

—¿vamos afuera?—la niña asintió mordiendo su labio inferior para no sollozar.

su nombre se debía a que, cuando luke y michael se conocieron, ambos se habían teñido el cabello de violeta. llevaban eso en su corazón y su imagen era la niña. violet se calmaba cuando salían. el verde de los árboles o el azul del cielo, ninguno de los dos sabía porque sucedía esto, pero era útil. cuando era una bebé (aunque para ambos lo seguía siendo) la mejor forma para hacerla dormir rápidamente era saliendo al balcón del apartamento.

al salir, violet levantó su rostro del hombro de su padre y respiró aire fresco.

—¡ahí!—chilló. luke bajó la mirada y, entre las pocas macetas que mantenían ahí, estaban las ansiadas zapatillas de ballet.

—oh violet, tú y tu desorden—dijeron ambos al unísono para luego mirarse y reír.

michael se acercó a luke y lo besó por unos segundos sintiendo la felicidad a su alrededor.

esto era lo que amaba.

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Ya, oficialmente todo está editado pero...subiré un capítulo extra escrito este año, así que espere <3

colorcidio |muke clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora