s i x t y f i v e

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el resto del día, michael siguió con sus nuevos amigos. amy era muy simpática y james muy divertido, lo cuál hacía que michael le sacara carcajadas.

luke, a la hora de salida, esperó pacientemente al costado de la calle, donde había dejado a michael esa mañana, esperando con esperanza, poder llevarlo a casa.

el menor había salido de la escuela en compañía de sus nuevos amigos, compartiendo los recuerdos divertidos que habían surgido en el día.

—allá está calum, adiós mikey—amy besó la mejilla del chico y caminó hasta un moreno, unos cuantos metros alejados de ellos. se abrazaron unos segundos para luego besarse, demostrando lo que sentían el uno por le otro sin importarles el resto.

—¿su novio?—preguntó michael a james, quien asintió a tiempo que caminaban juntos en la dirección contraria—. tu, ¿tienes novia?—preguntó con curiosidad, a lo que el castaño negó.

—no tengo novia, soy gay—michael asintió entendiendo—. tú, ¿tienes novia? 

—no, pero tengo algo con alguien. creo que soy bisexual—dijo michael, haciendo una mueca ante su nueva confesión. si alguien, alguna vez, le hubiese dicho que estaría besando y sintiéndose a gusto junto a un chico, él no lo hubiera creído ni en un millón de años. james, ante las palabras de su nuevo amigo, abrió los ojos como platos—. ¿que esta mal?

— es que tu te ves como un chico malo, muy punk y todas esas mierdas. solo no me lo esperaba, es algo impensado —respondió con sinceridad el chico y michael asintió entendiendo su punto, pues ni él terminaba de creer el nuevo cambio que estaba experimentando.

—ajá, me tengo que ir, alguien me espera—michael, ante su incomodidad frente al castaño, decidió marcharse para no hacer esperar más al rubio.

el pelivioleta, tal como habían acordado por mensajes de texto, caminó hasta la calle donde esa mañana se bajó del auto de luke, y al ver que estaba ahí el vehículo, sonrió para apresurar su paso.

—hola— ¡dijo michael cuando arribó al vehículo, robándole una sonrisa a luke.

—hola—respondió, dándole un pequeño beso que deseó todo el día, pues sus labios lo recibían como si fuera su hogar.

colorcidio |muke clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora