f i f t y o n e

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—lukey cariño, han pasado dos semanas desde que llegaste y no has salido para nada a ver la torre o algún cine—mamá comenta, abriendo ligeramente la puerta.

la miré fijamente unos instantes, esperando que saliera de mi habitación o, su habitación de huéspedes, pero no sucedió lo que quería. ella se mantuvo ahí, esperando paciente y con una expresión neutra en su rostro.

—lukey—susurró, desviando su mirada hacia los restos de cenas anteriores. gruño en desacuerdo por invadir mi privacidad.

—vete—susurré, abrazando mis piernas. quité mi mirada de ella, intentando ignorarla.

—cariño—escucho como camina por la habitación y su peso en la cama, que se hunde a mis espaldas—. sé que quisiste escapar de algo allá en sidney, pero van dos semanas sin tratar de superarlo ¿que sucede? ¿de qué escapas?

—del recuerdo.

me sorprendo de como las palabras se deslizan por mi boca sin ningún tipo de filtro.

—¿de que recuerdo?—preguntó ella y sé que será imposible quitármela de encima hasta que responda cada una de sus preguntas.

—de holly—susurro esperando su reacción, su respuesta. 

—¿que le pasó a holly?—preguntó mamá  y tragué el nudo que se me formó en la garganta. nunca pensé que podría transmitirle a alguien una noticia tan importante e impactante como esta.

—mamá, ella se suicidó—cerré mis ojos fuertemente, tratando que las lágrimas no salieran de ellos como había sido hace tantas noches seguidas, pero mi esfuerzo fue en vano y terminé desencadenándolas otra vez—. ella estaba embarazada y en las horas que supe de su estado, me ilusioné, mamá, mucho.

sollozo y siento su mano dando caricias en mi espalda mientras me desahogo. duele, recordar y decirlo en voz alta, quema.

—lukey, vamos cariño, déjalo salir todo. he esperado estas semanas para que te desahogues de todo el dolor que llevas sobre tus hombros—mamá comenta y me recibe en sus brazos. tiemblo entremedio de los sollozos—. tienes esa tristeza alojada a tu corazón, déjalo ir todo.

unos minutos más tarde, los cuales me parecieron horas, ya no caían lágrimas y estaba quieto como una roca, a gusto con la compañía de mi mamá, pero aún sintiendo una presión en mi pecho.

-mamá.-ella me separó de su abrazo y me miró expectante.-¿desde cuando lo sabes?

ella sonrió débilmente y pude ver rastros de lágrimas en sus mejillas. no sé si esas gotas saladas las provocó la angustia de verme así, o el hecho que haya muerto una chica que ella ha querido tanto.

—apenas me llamaste para ir a buscarte al aeropuerto, ashton me llamó y me dijo todo—asentí entendiendo, limpiando mis lágrimas—. esperaba que tu me lo mencionaras—me volví a acurrucar en sus brazos y escondí mi rostro en su cuello. necesitaba tanto a mamá.

—mamá, hay algo más— la mujer que me dio la vida, susurró un "ajá" en respuesta— ¿dos personas rotas son un desastre?

—¿a que le llamas desastre?

—a hacerse más daño, a romperse más de lo que están —respondo en un susurro y ella suspira, peinando mis rubios cabellos.

lukey, las personas rotas, juntas, no son un desastre. recolectan sus pedazos rotos y los unen haciendo un sólo corazón.


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Vale, esto lo escribí el 5 de agosto de 2015 y el álbum salió el 23 de octubre de ese año. Adivino el futuro o que sé yo.

colorcidio |muke clemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora