Hace diez años
Cuando Jungkook volvió de su solitario recreo, lo primero que halló al regresar al salón de clases fue su mochila colgada de una de las lámparas del techo, goteando leche putrefacta sobre su asiento, una razón suficiente para que ante las risas de sus compañeros y de las burlas de la líder de su inferno, Seo SooJin, echara a correr fuera de allí y se encerrara en el último cubículo de los baños, escuchando a la lejanía el nombre que le atribuían.
"Cerdo, cerdo, cerdo".
Encerrado allí, Jungkook se dejaba derrumbar, abrazándose a sí mismo sobre las holgadas prendas que cubrían su cuerpo para evitar que su complexión fuese notoria, pero aun así no podía pasar desapercibido por sus compañeros, que no perdían el tiempo para molestarlo y hacer su vida un auténtico infierno.
A sus catorce años, tras la muerte de su padre sintiéndose tan reciente como el primer día, Jungkook sólo pudo satisfacer la soledad que tenía en casa y en la escuela con la comida, algo que nadie a su alrededor le habría reprochado hasta que comenzó a aumentar de peso. Su madre, que tras perder a su esposo se había sumergido en su propio mundo y refugiado en los brazos de quien ahora era su novio, estaba demasiado ocupada lidiando con sus propios problemas en lugar de ver a su hijo que clamaba por su ayuda por cada bocado y llanto nocturno.
Jeon SoMi no le daba tanta importancia a la forma en que Jungkook era maltratado, considerándolo un simple juego de niños. Por otro lado, para su cuidador, Cha EunWoo, era todo lo contrario. EunWoo había sido el que le había dado esa mochila que ahora se hallaba inservible y maloliente sobre una lámpara de techo y ahora que se encontraba fuera del país por negocios, en ese momento Jungkook no tenía a nadie a quien recurrir y el sólo pensamiento de soledad intensificaba su llanto tanto que podía ser escuchado desde fuera de los baños.
SooJin era sin duda la más cruel de todos. Una chica que para sorpresa de muchos no poseía un estatus tan alto, pero su popularidad la había llevado a ser una modelo a seguir para muchos estudiantes, y cómo no, su entretenimiento resultaba siendo el pobre diablo con indicios de sobrepeso que se sentaba en una esquina del salón de clases. SooJin tenía amigos que Jungkook confundía fácilmente como sus súbditos y que sin rechistar hacían todo lo que su reina pidiera. Si lo tenía que golpear lo hacían, si lo tenían que humillar lo hacían, si debían hacerle la vida un infierno incluso en redes sociales, lo hacían.
Y aparte de EunWoo, que sólo podía consolarlo, Jungkook no tenía a quien recurrir.
Se quedó encerrado ahí por horas hasta que todos salieron de la escuela y el conserje, conocedor de lo que ocurría, le dijera que ya era seguro irse y Jungkook se fue arrastrando su mochila maloliente por las calles de Seúl hasta llegar al complejo de apartamentos de Gangnam donde residían gracias a que su madre se había casado con un imbécil. Su hermana media y menor, SoMin, no se encontraba en casa porque seguro estaba con unas amigas y de su madre y el imbécil tampoco había rastro. Jungkook lavó su propia mochila y luego se despojó de su uniforme en silencio sin mirarse mucho al espejo, se dio una ducha rápida y se abstuvo de comer el helado que estaba en el congelador, metiéndose a la computadora para aislarse por completo del mundo.
Se había unido a un foro con gente igual de marginada a él en el que no hablaba pero leía, pero era un grupo de personas, en su mayoría mujeres, que hablaban de sus procesos para bajar de peso. Hablaban de ello con una naturalidad que Jungkook ya no se asustaba al ver sus cuerpos esqueléticos y sus consejos tan extremistas con dietas nocivas pero efectivas. Incluso algunos de ellos se cortaban pedazos de grasa, eran jodidamente sádicos.
Pero Jungkook se sentía comprendido por ellos incluso si no hablaba de nada. La usuaria "Conejito134" era su heroína, una chica hermosa y amable con una historia igual de miserable a la suya que había logrado superarse. Tenía entendido que era cuatro años mayor que él y que estaba en la universidad con una vida sexual que contaba a lujo de detalles, relataba cómo se metía con hombres adinerados, sus técnicas y aconsejaba fuertemente a sus seguidores, que la alababan y la adoraban, Jungkook era uno de ellos.
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El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||
Fanfiction"La ventaja de nacer con el veneno dentro" ----------- Jungkook ama dos cosas: El dinero y su libertad. Cuando es despojado de ambas luego de matar a sangre fría a su alfa infiel, condenándose a pasar veinte años en la prisión de alta seguridad de C...