Segunda Temporada: Asueto

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«Cuando el Lirio y la Adelfa cohabitan el mismo jardín, la batalla campal es lenta, extensa; pero no afecta más allá de los tallos envueltos, el confort y el néctar. El Lirio se abraza a la flor aún sin florecer y la Adelfa se envuelve con gracia alrededor de ambas, destilando veneno en gotas amargas que en el pasado purgaron los pecados de quienes ahora fertilizan las tierras de la Adelfa con sangre.

El Lirio y la Adelfa protegen su jardín, cubren su flor en su etapa de antesis, se envuelven y se consumen en su mundo. El jardín donde el Lirio se rodea de Adelfas, donde la adelfa se llena de lirios, las tentaciones son inevitables. La adelfa se dispersa.

La adelfa ve a los lejos un jardín, a un Lirio entre rosales, rosas con espinas que rozan el tallo frágil del Lirio de pétalos desprendidos. Un Lirio del que a diferencia de su flor no nata no visualizó nada más allá de su antesis ni la apertura de sus pétalos. La adelfa se dispersa y ve mucho más allá, entre los rosales, unos brillantes diamantes sobre el escarlata que fertiliza las tierras ajenas, que amenazan las tierras del Lirio y la Adelfa. El lirio lo llama, grita. Clama.

La adelfa se resiste al llamado pero sus tallos, reacios, se estiran hacia la adelfa. Hasta que siente que se desgarra. No lo alcanza.

La adelfa debía seguir el rastro de diamantes sobre el río de sangre y acoger entre sus tallos al Lirio que había entregado a Dios y que ahora germinaba en el jardín equivocado.»

El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora