Prólogo: La llamada al 112

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A mediados de las 23:00 horas, la línea 112 recibió una llamada.

— Ha llamado a la línea 112, ¿Cuál es su emergencia?

Una voz dulce se oyó en la otra línea.

—Acabo de matar a mi esposo y como no venga alguien rápido me voy a cargar a la ramera con la que se estaba revolcando.

La operadora, acostumbrada a ese tipo de sentencias en su trabajo, no reaccionó ante aquella revelación y sólo se dispuso a rastrear la llamada. La dirección era en la calle 15 en el barrio Gangnam, edificio Tear.

— ¿Me puede decir su nombre, señor?

—Jeon Jungkook. Soy diseñador de modas. Kim MinJae era mi esposo, y sí, es un senador. Estoy en el edificio Tear en Gangnam, piso 15... ¡Deja de llorar, puta! ¡No me concentro!

La operadora escuchó los sollozos de la chica y sus gritos de auxilio. No se alteró y siguió digitando la información. Jungkook era un omega de veinticuatro años, un reconocido diseñador de modas que había tenido nupcias con Kim MinJae, un senador de renombre.

— ¿Con qué arma cometió el crimen?

—Un arma de fuego que el muy hijo de puta tenía dentro de un cajón. ¿Tardarán mucho?

—La policía llegará en breve. ¿Cuál es el estado de la segunda víctima?

— ¿De esta zorra? Pues le acabo de cortar el clítoris con un cuchillo de la cocina. Y hasta que no lleguen, posiblemente esté peor.

La operadora no se inmutó y pidió también un servicio médico para la víctima. Pasados unos minutos, pronto se escuchó el revuelo dentro del apartamento de la famosa pareja.

Jungkook les abrió la puerta a los policías y los dejó entrar a la escena donde estaba el cuerpo del senador en la cama, desnudo, con dos disparos: Uno en los genitales y el que se consideró el golpe de gracia, el cual era el que tenía en el entrecejo. La chica, por otro lado, tenía una herida severa en la vagina y estaba atada a una silla de la cual fue inmediatamente liberada.

Pronto, Jungkook sintió la frialdad del mármol del suelo de su lujoso apartamento contra su mejilla al momento en que le tiraron al suelo y comenzaron a esposarlo.

— Jeon Jungkook, queda detenido por asesinato al senador Kim MinJae. Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra. Tiene derecho a un abogado, de no tenerlo el Estado le brindará uno.

Jungkook siempre estuvo acostumbrado a las cámaras, a los flashes azotando su rostro, a los periodistas gritando su nombre y preguntaban por su nueva colección. Sin embargo, ni su colección de otoño vería la luz y ni mucho menos lo estaban fotografiando por algo bueno.

Salió esposado ante los periodistas y paparazzis mientras que el cuerpo de su esposo estaba dentro de una bolsa y la amante y secretaria de su ex era llevada en una camilla a una ambulancia. Sus mechones púrpuras estaban sobre su rostro, cubriendo su mirada gacha, ignorando los llamados a su nombre y las preguntas incómodas.

— ¡Señor Jeon! ¡Señor Jeon! ¡¿Es cierto que acaba de asesinar a su esposo?!

— ¡¿Por qué lo ha matado?!

— ¡¿Es esto acaso un método de marketing de mal gusto?!

Jungkook no se sentía pequeño cuando las cámaras capturaron sus prendas de Versace manchadas de sangre, mucho menos se avergonzó cuando el auto que lo recogió era uno de policía y no una limusina.

El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora