En el barrio negro de Seúl, una reñida pelea de bandas dentro de un restaurante de ramen de baja categoría tenía a los habitantes escondidos en sus casas y a sus clientes bajo las mesas.
Empuñando los palillos de metal con los cuales en un principio quiso comer la sopa de fideos que la señora Cho siempre preparaba para él, Min YoonGi arremete contra su enemigo atravesando su garganta con ellos y la sangre comienza a gotear de ellos hasta que su víctima cae al suelo, balbuceante, ahogándose en su propio torrente sanguíneo. Lo último que vio aquel hombre fue esa chaqueta verde aqua con blanco, luego los pantalones curtidos y después esos converse desgastados. Viendo finalmente, nada.
-Joder...
- ¡Min, coño, mueve el culo! -Le gritó su novia desde lo lejos, cargando con ella la bolsa llena de billetes.
En ese momento, YoonGi reaccionó y siguió la larga cabellera blanca hasta la motocicleta en la que su novia alfa le esperaba, arrancando el motor a toda pastilla, rugiendo por las angostas calles del barrio mientras eran perseguidos por los dueños de esa zona del barrio, pandilleros de baja categoría a los que YoonGi simplemente les enseñó los dedos del medio con la lengua afuera apenas los perdieron. Eran tan torpes con las armas que ninguna bala les dio y una vez estuvieron lejos, la pareja comenzó a gritar en celebración. YoonGi abrazándola por la espalda, besando su cuello, apretando su busto y riendo en su oreja.
Tres millones era el mejor que pudieron haber ganado en meses y debían celebrarlo a lo grande.
Se alejaron todo lo que pudieron hasta llegar a Daegu tras varias horas de viaje y estacionaron la motocicleta en el garaje por el que pagaban cinco mil wons la semana ahí. No sólo robaban en los barrios bajos de Seúl, ellos vivían en los más bajos de Daegu y debían subir toda una pendiente llena de escaleras para subir hasta su casa, un diminuto apartamento donde el cual se habían apañado a vivir. Cuando entran son recibidos por la suciedad de la semana que ninguno de los dos se ha decidido en limpiar y los billetes caen en el sillón viejo del salón.
La alfa se adentró al apartamento, quitándose la camisa y encendiendo el ventilador, paseándose en sujetador hasta la cocina donde toma dos latas de cerveza, lanzándole una a su novio, que la atrapa en el aire.
-ByulYi. -Pronuncia YoonGi, escuchando un gemido por parte de la alfa, quien le hace entender que lo escucha mientras rebusca algo para hacerse un sándwich-. ¿Debemos decirle a los demás de lo del dinero?
La respuesta de ByulYi es cerrar el refrigerador al no hallar nada y suspirar fastidiada por el calor. El aire acondicionado se habría estropeado unas semanas atrás y YoonGi en su intento por arreglarlo lo había dejado inservible. Se quitó el sujetador y se lo lanzó en la cara a su novio, tirándose en el colchón donde solían dormir los dos juntos. Luego de eso se baja las bragas sin quitarse la falda larga y también se las lanza al alfa, quien sólo ríe al recibirlas.
-Que se jodan ellos. Es nuestro, Yoon. Tenemos que definir qué hacer con él.
- ¿Lo podemos conversar mientras te como el coño o después?
-Estamos a más de cuarenta grados, no me jodas. -Replicó la alfa-. Estoy pegajosa y tú también. No me apetece follar, así que aléjate o te pateo en los huevos y los diseco para hacerlos bolas de billar.
YoonGi soltó una carcajada y abrió la lata de cerveza, sentándose al lado de su novia, quien ya estaba bebiendo y prendiéndose un cigarrillo.
-Anoche no decías eso. Te acostaste sobre mi corrida fría.
ByulYi abrió ampliamente sus ojos y al revisar su falda vio el manchón blanquecino en la tela, enfadándose ante la risa peculiar del alfa que la incitó a darle un puñetazo en el hombro.
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El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||
Fanfiction"La ventaja de nacer con el veneno dentro" ----------- Jungkook ama dos cosas: El dinero y su libertad. Cuando es despojado de ambas luego de matar a sangre fría a su alfa infiel, condenándose a pasar veinte años en la prisión de alta seguridad de C...