20: Una manada de perros

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Un año atrás

El enrejado que daba ingreso al Vis a Vis emitió un sonido que incluso con tantos años allí todavía le hacía cerrar los ojos y apretar los puños de la molestia, escuchando después a fondo las voces de los familiares de los reclusos, algunos llantos y risas. Lo llevaron a la zona donde los familiares eran separados por el cristal, todavía no teniendo derecho a un Vis a Vis más directo. Caminaba a un paso despreocupado, con las manos en los bolsillos, bromeando incluso con los escoltas, pensando que sólo se trataba de Bogum visitándolo un día de más.

Sus pasos se fueron ralentizando y su posición relajada se tensó cada vez que avanzaba por los cubículos, quedándose paralizado al ver a aquella figura femenina vistiendo totalmente de negro, con un velo que le transparentaba el rostro y un vestido que no dejaba a la vista ni un centímetro de piel. TaeHyung tragó saliva, tentado a dar media vuelta, pero la mujer ya lo había visto y él se negaba a que ella se mofara del terror que podía provocarle su presencia.

Avanzó los cinco pasos que le quedaban con lentitud y los escoltas se alejaron, dejándolo desprotegido ante esa oscura mirada que podía ver a través de la tela.

Cuando tomó asiento retuvo la respiración hasta que sus pulmones dolieron y exhaló con lentitud.

-Tenía la esperanza de que estuvieras muerta. -Confesó a la mujer-. Veintidós años sin saber de mí... Supongo que tardaste en reconocerme.

La dama se mantuvo impávida en su lugar, sin moverse o reaccionar a sus palabras. TaeHyung asintió con incomodidad, aprisionando sus labios.

- ¿A qué has venido, madre?

Ophelia Petit levantó su velo, dejando expuesto su pálido rostro, demacrado por el cáncer y la vejez. TaeHyung apretó la tela de su pantalón, controlando los latidos de su corazón desbocado.

-Sólo quiero hablar contigo.

TaeHyung negó lentamente con la cabeza.

-Yo... Yo no quiero hacerlo.

Distraídamente, TaeHyung comenzó a garabatear con su dedo en el cristal a su lado, dibujando una pequeña mariposa que le trajo un pequeño recuerdo que tras un breve silencio compartió con su madre.

- ¿Te acuerdas que un día entró una mariposa al cuarto? No podía volar y yo intentaba que saliera de la ventana. Y tú llegaste y le arrancaste las alas, dejándola con vida. Me miraste y me dijiste -Se giró de nuevo hacia ella-: Ce que vous ne pouvez pas aider à vivre, aidez-le à mourir. (Lo que no puedas ayudar a vivir, ayúdalo a morir).

Ophelia soltó una risa amarga, mostrando sus dientes amarillentos y ascendió una ceja.

-Yo sólo hice lo necesario para criarte como una buena persona.

- ¿Me vas a decir para qué coño has venido? -Inquirió TaeHyung con tosquedad, ya no soportando aquella presencia frente a él.

La omega mayor se inclinó más hacia él.

-Valerian.

TaeHyung tragó, tratando de ocultar su expresión abatida, negándole el gusto a su madre para mofarse de que la sola mención de su hijo acababa de matarlo.

-Tal vez no fui una buena madre, pero he procurado ser una buena abuela. Sin embargo, no han parado de llegar servicios sociales para quitármelo. No tengo una custodia legal.

-Lady Petit tiene la custodia sobre él. Yo se la di el primer día de entrar a la cárcel.

-Tu abuela está enferma.

El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora