CAPÍTULO 23

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Madison despertó abriendo los ojos de par en par y, al revisar la hora, se dió cuenta de que aún faltaban varias horas antes de que la alarma sonara para el trabajo. Decidió levantarse de inmediato y darse una ducha para despertarse por completo. Después de secarse, se envolvió en una bata y se deslizó de nuevo bajo las sábanas con la ilusión de que Aaron llegara pronto... lo mataría si la dejaba en ese estado, por Dios que lo haría.

Pasaron dos horas y aún no había señales de él. Las esperanzas comenzaron a desvanecerse mientras se resignaba a la posibilidad de que su mañana especial se llevaría a cabo. Con un suspiro, se envolvió en las mantas y trató de dormir antes de que sonara la alarma, aunque su mente seguía llena de pensamientos y emociones. En medio del silencio de la habitación, el sonido de la puerta principal la sobresaltó. Su corazón dió un vuelco mientras sonreía con picardía. Con cautela, se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta pero antes de que pudiera abrirla, Aaron entró a la habitación y se miraron intensamente durante un momento, antes de que él la abrazara con fuerza

-Jesica no llegaba -se disculpó - quería venir antes, te lo prometo -la alzó entre sus brazos y caminó hasta la cama hasta quedar recostados- Buen día, dulzura-sus pupilas se dilataban y su excitación se hacía más y más evidente cuando le quitó la bata. Jamás se cansaría de admirarla.

-Estás perdonado -sonrió acariciándole la barbilla - abrázame -susurró dándose la vuelta

Por dentro, su corazón latía con fuerzas. Quería jugar con él. Molestarlo. Para luego, sentir el poder que tenía sobre él para calmarlo.

-¿Qué te abrace, Madison? -estaba confundido

-Sí... abrázame - se acurrucó en posición fetal

- ¿No vamos a...

-A dormir, Aaron. Aún nos quedan 2 horas para descansar- lo interrumpió, apretó los labios y se acurrucó más, moviendo su trasero para indicarle que la acurruque más - abrázame

-Dulzura. Yo creí que ibamos a hacer otra cosa... lo siento -se sentía culpable por llegar desesperado y también un poco decepcionado. Pero estar cerca de ella, como fuera, le gustaba de todos modos. Suspiró, quitó sus zapatos y la acurrucó envolviéndola en sus brazos - yo no dormiré porque no tengo sueño, pero te despertaré cuando sea la hora

-Okey -murmuró apoyando su trasero sobre su miembro - quítate el pantalón porque me lastima el cinturón -susurró tratando de ocultar cuánto se estaba divirtiendo - y el bóxer también

Él suspiraba. Ella lo estaba tentando, lo provocaba. Sentir su piel rozándolo y ver su cuerpo desnudo, lo estaba matando. Pero sentir ese deseo desenfrenado por ella, lo hacia sentir culpable. Ella solo quería un abrazo y él no podía evitar la erección de su miembro. Se maldecía por ser así. Se quitó el pantalón y evitó tocarla

-¡Abrázame, Aaron! -se dió vuelta acercándose a él - esto también me molesta -humedeció sus labios en tanto le aflojó la corbata quitándosela, desabotonó su camisa y también se la quitó

-¿Contenta? -resopló con la frente transpirada. Su pecho subía y bajaba con fuerzas.

-Mucho-lo miró fijamente a los ojos y en ese instante, sintió una descarga eléctrica directa en su corazón

-Bien, ahora duerme -sonrió abrazándola

-¿Te conformas con solo abrazarme? -susurró jugando con sus dedos sobre su pecho

-Me gusta estar contigo... haciendo lo que sea, mientras que estés cerca de mí, me conformo con lo que quieras darme - puso su mano bajo su cabeza mientras acariciaba su espalda con su mano libre

AARON HOTCHNER -CORAZONES EN GUERRA- MADISON BROOKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora