UN VIAJE EN EL TIEMPO: EL PASADO

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Cada historia tiene un punto de inicio...

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Buenos días, un café deslactosado, por favor -solicitó a la mujer detrás de la barra mientras trataba de sostener las mil carpetas en sus manos para buscar el efectivo en su bolso

-¡Claro! ¿Con azúcar o sin azúcar?

-Sin azúcar, gracias

-¡Genial! Un café deslactosado sin azúcar -en menos de un minuto, preparó el café - señorita, ¿algún nombre que quiera escribir en el recipiente?

-Ah, sí... Madison -sonrió fugaz preparando el efectivo para intercambiarlo con el café que sostenía la señora. Pagó. Tomó su café y salió de la fila, frustrada por sentir los dedos entumecidos por tener las manos cargadas con cosas. Se sentó en una de las mesas de la cafetería, rodeada de carpetas y papeles esparcidos por su bolso. Suspiró y cerró los ojos

El hombre siguiente en la fila, sumergido en su teléfono, ajeno a todo lo que lo rodeaba sintió un aroma dulce que llegó a sus sentidos, enviando una descarga eléctrica por su espalda y haciéndole erizar los vellos. Instintivamente, levantó la vista, esperando encontrar la fuente de ese aroma. Pero, en lugar de encontrar una persona o un objeto que explicara ese olor, solo se encontró con la sonrisa cálida y amable de la mujer que estaba detrás de la barra, lista para atenderlo

-Buenas días, señor -saludó la señora- ¿Qué deseaba pedir?

-Buen día. Un café deslactosado, sin azúcar por favor -habló volviendo su vista de su teléfono

-¡Genial! Otro café deslactosado sin azúcar -preparó el café y repitió la pregunta del nombre en la taza

-Aaron -pronunció mientras guardaba su teléfono en el saco y tomaba el efectivo. Pagó, tomó su café y salió de la cafetería para dirigirse a su camioneta

Madison estaba tratando de organizar su vida antes de presentarse a su nuevo trabajo en la UAC. La noche anterior había llegado desde Londres, exhausta y con una casa completamente desordenada por la mudanza. El estrés acumulado de los últimos meses y la falta de sueño la habían dejado colapsada. Mientras intentaba concentrarse en sus tareas, su mente vagaba hacia Matthew, su ex prometido, que no dejaba de enviarle mensajes y llamarla. Sus intentos de llamar su atención solo lograban aumentar su mal humor. Ella no tenía intención de responderle, solo quería verlo desaparecer de su vida para siempre. Con un suspiro, se enfocó en sus carpetas y papeles, tratando de ignorar el dolor y la frustración que la embargaban. Sabía que hoy era un nuevo comienzo, un nuevo capítulo en su vida, y estaba determinada a hacerlo bien, a pesar de todo lo que había pasado. Pero por ahora, solo quería un café caliente y un momento de paz antes de enfrentar el desafío que la esperaba... su vida ahora estaría en Estado Unidos. Debía dejar atrás a Matthew, a Londres y, básicamente olvidar como el amor de su vida le fue infiel durante años mientras ella aún intentaba recuperarse de la pérdida de su hijo. Suspiró y limpió sus lágrimas...

***

Madison llegó al estacionamiento de la UAC, bajó de su camioneta, tratando de acomodar el bolso y la carpeta que tenía en la mano mientras en la otra sostenía su café, teléfono y las llaves. Estaba caminando deprisa, ya que llegaba tarde a su primer día de trabajo. En su prisa, no vió al hombre que estaba parado en el camino, y chocó con él, provocando que el café se derramara por todas partes

-¡Mira por donde vas! -gritó Madison, enojada mientras retrocedía para no manchar sus botas

-¡Tú eres la que no miraba por donde ibas!- respondió Aaron, también enojado -podrías haberme visto si no estuvieras tan distraída

AARON HOTCHNER -CORAZONES EN GUERRA- MADISON BROOKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora