UN AMOR INQUEBRANTABLE

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Queridos lectores

A partir de ahora, los capítulos serán individuales y no seguirán un orden cronológico. Cada capítulo contará partes de la vida de Madison Brooks, Aaron Hotchner y de aquellos que los rodean. Estas mini historias se desarrollarán en el mismo capítulo, permitiendo que en el siguiente, la trama narre completamente otra cosa

Espero que disfruten muchísimo de este nuevo formato para seguir sumergiéndonos en la vida de nuestra familia favorita

Brooks-Hotchner
Unidad de Análisis Conductual

¡Los dejo con la historia de hoy!

***

-Habla Aaron Hotchner -respondió la llamada entrante - No. Mi esposa lo retiraría de la escuela. No. Gracias, mandaré a alguien para que lo retire. Gracias, Directora Klein

-¿Todo está bien? -preguntó Rossi cuando Hotch cortó la llamada

-Me llamaron de la escuela de Jack -sonó preocupado - Madison no ha llegado aún y, pasaron casi 30 minutos... ella jamás se retrasaría. Es impuntual, pero no cuando se trata de sus hijos

-Tal vez quedó atascada en el tráfico -lo tranquilizó - llámala, yo llamaré a Jesica para que retire a Jack

-Sí. Gracias, David -asintió

Hotch intentó comunicarse, pero le daba directamente al buzón. Su respiración comenzó a descontrolarse por la preocupación, sentía que algo no estaba bien. Salió de la oficina para ir a ver a García, mientras continuaba llamando una y otra vez, con la esperanza de que ella lo atendiera

-García, necesito que localices a Madison -solicitó - no me puedo comunicar con ella

-Okey -asintió buscando con rapidez en sus computadoras - bien, veamos.... su ubicación actual es... aquí, te envié las coordenadas a tu teléfono

-Gracias, García. Informales al resto que tuve que salir y, a Rossi dile que está cargo hasta que yo vuelva... que continúe revisando los informes de presupuesto

-Entendido, señor

Hotch se dirigió con prisa hacia la dirección enviada por García. Cada paso parecía pesarle más de lo normal, la presión en su pecho aumentaba a medida que se acercaba al estacionamiento. Su mente solo podía imaginar lo peor, y el temor lo invadía.
Sabía qué Madison era la mujer más impuntual que existía, pero jamás se retrasaría con sus hijos y, 30 minutos de retraso no podían significar nada bueno.
El camino hasta la dirección se le hizo eterno mientras continuaba realizando llamada tras llamada para comunicarse con ella, pero cada segundo sin noticias suyas le parecía angustiante. Necesitaba verla, escuchar su voz, asegurarse de que todo estaba bien y que estaba a salvo

Al llegar, vió huellas de neumáticos marcadas en la carretera, pero no encontró rastros de Madison. Bajó de su camioneta y con el corazón latiendo fuertemente en sus oídos, inspeccionó rápidamente el lugar. Fue entonces cuando notó el barandal destrozado, un claro indicativo de un posible despiste

-Por favor, mujer... -suplicó en voz alta cuando su su mente comenzó a imaginar lo peor, temiendo lo que podría encontrar. Con pies temblorosos, se acercó al borde del abismo y allí, en lo profundo, vió la camioneta de Madison volcada - mujer- en ese instante, su corazón pareció detenerse y una sensación de parálisis lo invadió. Sin pensarlo dos veces, con manos temblorosas marcó rápidamente a emergencias, solicitando ayuda de inmediato. Su única preocupación en ese momento era saber si ella estaba viva. Sin importarle nada más, comenzó a descender por aquel barranco empinado. Sus ojos se llenaron automáticamente de lágrimas al imaginar los peores escenarios que pasaban por su mente como una película. El barranco parecía extenderse eternamente, cada paso descendente lo alejaba más y más de ella, haciéndolo sentir como si estuviera cada vez más lejos, como si el abismo se interpusiera entre ellos. La angustia y la desesperación lo paralizaba, pero su deseo de saber que estaba a salvo le daban determinación para continuar descendiendo. Cada segundo se volvía una eternidad en esa carrera contrarreloj, donde el miedo y la determinación chocaban en su interior, impulsándolo a seguir descendiendo, a pesar de la distancia aparentemente insalvable que los separaba. Finalmente, llegó junto al vehículo, y con manos temblorosas abrió la puerta con cuidado y rapidez, casi arrancándola de la mecánica

AARON HOTCHNER -CORAZONES EN GUERRA- MADISON BROOKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora