CAPÍTULO 34

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-¡Qué afortunado somos algunos! -sonrió al abrir los ojos y verla pegada a él, con sus cabellos esparcidos por la almohada

-Sí, bueno... a otras les toca conformarse con lo que hay -bromeó estirándose perezosa

-¡Buen día, dulzura! -sonrió travieso cubriéndola con su cuerpo al tanto sus manos se inquietaban

-¿Perdiste la memoria anoche o qué? -se lo quitó de encima en un intento de salir de la cama - el hecho de que amanezcamos juntos no significa que estemos o estaremos juntos, Aaron

-Ay, mujer -suspiró reconstándose en la cama al tanto se frotó el rostro con ambas manos - ¿hasta cuándo seguirás castigándome? Lo que estás haciendo ya roza la tortura, dulzura

-¿Yo? ¿castigándote? ¡Estás muy equivocado! No te estoy castigando, simplemente te aclaré que yo no volvería a estar con un hombre comprometido en una relación -advirtió caminando hacia el baño

-¿Y dónde está el hombre comprometido en una relación? Yo no lo veo - se puso de pie, siguiéndola hasta el baño - el único compromiso que tengo, es contigo

-Tienes un baño afuera, Aaron -lo regañó

-Dulzura, llevamos días sin hacer nada y, tú no dejas de tentarme... por favor, quiero estar contigo -suplicó apoyándose en el umbral de la puerta al tanto la veía desvestirse

-No y no insistas -prendió la ducha dejando que el agua recorra su cuerpo, teniéndolo a él como espectador

-¿Ves? ¿Cómo pretendes que no te insista si te desnudas delante de mí? -suspiró - aunque... bueno, con o sin ropa, el deseo de tenerte es el mismo. Pero, como sea, ¿cómo pretendes que me controle si me das el privilegio de verte de esa manera?

-Estás hablando demasiado, Aaron -redondeó los ojos - ¿me darás privacidad? Te advierto que tengo mí rutina matutina

-Lo sé. Te conozco, cariño. Sé exactamente todo sobre tí

Quería seguir jugando con él, simplemente porque lo disfrutaba. Anoche, sintiéndose vulnerable porque se había doblegado, había permitido que se acercara. Aunque eso la había hecho extremadamente feliz, no quería que él pensara que ya la tenía a sus pies de nuevamente

-Te me acercas y tendremos un problema, puedes elegir irte o quedarte y mirar, pero lejos de mí -le advirtió, pero él solo la miró confundido -te recomiendo que optes por salir, Aaroncito... ¿podrás controlarte? ¡Te golpearé si te acercas y lo sabes! -lo miró desafiante, pero una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios al tanto deslizó su mano sobre su torso hasta su entrepierna, introduciendo sus dedos directamente en su intimidad, sin previo aviso, sus dedos se movieron con fluidez acompañando el vaivén de sus caderas mientras dulces gemidos salían de sus labios y el agua se deslizaba por su piel

Él quedó inmóvil, hipnotizado con ella y con lo que hacía. La sangre en sus venas ardía por el calor que sentía. Terminó jadeando, con sus sistemas fallando, pero algo le impedía acercarse a ella. Se sentía hipnotizado, pero su cuerpo no respondía. Estaba experimentando algo que nunca antes le había pasado... sentía exactamente todas las sensaciones que ella le provocaba cuando estaban juntos, sin la necesidad de estar juntos. Sus ojos reflejaban una mezcla de deseo y confusión, incapaz de comprender completamente la magnitud de lo que estaba experimentando

-Merda! -se estremeció bajo la ducha, teniéndolo a él como espectador- Questo non fa parte della mia routine mattutina, ma cavolo, si è sentito davvero bene. Sei il miglior spettatore e la mia risorsa mentale preferita, Aaron Hotchner

AARON HOTCHNER -CORAZONES EN GUERRA- MADISON BROOKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora