CAPÍTULO 25

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Hotch llegó a la casa de Madison y abrió la puerta con cuidado. Al entrar, notó que aún debería estar durmiendo, ya que no había rastros de ella por la casa. Colocó las cosas sobre la mesa y se acercó a la habitación, donde la encontró profundamente dormida, envuelta entre las mantas. Decidido a no despertarla, se acercó con cautela y le dió un suave beso en la frente. Antes de que pudiera retirarse, ella tomó su mano con ternura, demostrando que percibía su presencia

-¿Te ibas a ir sin saludarme como corresponde, Aaron Hotchner? -sonrió abriendo lentamente los ojos entre algunos gruñidos por el dolor que sentía en el cuerpo

-No quería despertarte, dulzura -susurró sentándose en el borde de la cama - ¿Cómo pasaste tu noche? Estuve atento al teléfono toda la noche, ¿pudiste dormir bien?

-Sí, dormí casi toda la noche de corrido -se acomodó en la cama al tanto él la ayudaba en lo que podía - aunque me desperté un par de veces, descansé bien y me siento un poco mejor

-Te traje algo para que desayunes, necesitas recuperar fuerzas para ponerte bien. Estaré pegado a mi teléfono, así que llámame si necesitas algo. Te enviaré a alguien para que esté afuera de tu puerta, por si necesitas que te vaya a comprar algo o lo que sea. Si necesitas algo más personal y yo no puedo venir, llámala a Jesica... le tuve que contar, lo siento. Así que ella estará pendiente a ti

-De todo lo que dijiste, lo único que aceptaré es el desayuno -presionó suavemente su mano - no quiero que me envíes a nadie para que custodie mi puerta, cariño. No me gusta sentirme invadida. Puedo caminar tranquilamente, no estoy paralítica. Son solo golpes que no me dejan inmóvil. Te agradezco mucho, sé que te preocupas por mí. Pero estaré bien... tú concéntrate en el trabajo

-No seas orgullosa, mujer. Déjame cuidarte -suspiró

-No soy orgullosa. Pero no necesito que alguien más me cuide porque puedo hacerlo sola -se deslizó sobre la cama para ponerse de pie

-¿Qué necesitas? Dímelo y yo lo haré por ti -se puso de pie tomándola de la cintura para darle estabilidad

-Debo ir al baño, Aaron. No podrás hacerlo por mí -redondeó los ojos riéndose

-Te acompaño... me quedaré contigo -se erguió de hombros

-No me verás orinar, olvídalo -se detuvo mirándolo con ternura - aprecio mucho todo lo que haces por mí, pero realmente es algo que puedo hacer sola. Espérame sentado en esa cama y vendré enseguida

-Bueno, pero si necesitas algo... grítame -se sentó en la cama y la observó

Con una sonrisa en el rostro, se encaminó hacia el baño, dejándolo sentado en la cama, pendiente por si ella necesitaba ayuda. Con el paso del tiempo, al notar que se demoraba, sintió la tentación de ir a ver, pero sabía que sería regañado si lo hacía. Decidió ocupar su tiempo tendiendo la cama, una tarea que le ayudaba a mantener la calma y a distraerse mientras esperaba a que ella regresara

-Quiero dormir todo el día -susurró al salir del baño

-Y puedes hacer eso... yo pasaré la noche contigo porque Jack insistió en irse a dormir con un amigo

-Lo extraño mucho -suspiró sentándose en la cama - quiero verlo, pero sé que aún no es conveniente que me vea así... es terrible, Aaron -sollozó - ¡Mí rostro está horrible! ¡Me quedarán cicatrices!

-Hey, dulzura. Por supuesto que no está horrible. Eres hermosa... muy hermosa. No te quedarán cicatrices, ya verás

-Tengo el contacto del mejor cirujano plástico... no quiero cicatrices en mi rostro -susurró

AARON HOTCHNER -CORAZONES EN GUERRA- MADISON BROOKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora